Parte 1. ¿Qué pasó en el hotel?

686 81 6
                                    

***

Hacía bastante tiempo que tanto Max como Checo se habían mantenido bastante ocupados en el trabajo y por ende no habían tenido intimidad en ningún sentido, ni contacto físico como caricias, ni encuentros sexuales.

Para Max resultaba bastante difícil estar tanto tiempo sin Checo, pues apenas tenía una oportunidad este quería sentir el contacto íntimo del otro.

Apenas terminó la carrera del domingo, tanto Max como Checo notificaron a la escudería que estarían unos días más en la ciudad, la escudería no dudó en darles unos días de descanso pues sabían bien el trabajo que habían hecho estos últimos tres meses.  Solamente fueron advertidos por parte de sus managers a no ser vistos, pues aunque ya habían hablado con los involucrados en una relación así, a petición de Sergio aún no la habían hecho pública ante los medios.

Al llegar a la suite que habían reservado previamente Checo se tiró en la cama boca abajo, mientras Max terminaba por acomodar la maleta deportiva que habían utilizado en el día.

SERGIO.

— Estoy cansado, quiero dormir.

— Pero báñate primero, yo no te quiero apestoso en la cama, Checo.

— Pero si cuándo estoy sudado es cuando más te excitas. — Max se sentó en la cama quitándose los zapatos mientras sonreía y sus orejas comenzaron a ponerse rojas. Le gustaba provocarme, pero no cuando era a la inversa. — Me gusta cuando te pones rojo. — Me acomodé a lado de él y tomé su cara con mi mano, mientras iba juntando nuestros labios. — Te brillan los ojos como cuando estás a punto de correrte.

Max me tomó de la cintura y me acomodó sobre él, tanto su ritmo cardíaco cómo sus besos iban subiendo de intensidad. Terminé el beso y me quité de encima, caminé por la habitación y tomé una toalla de baño mientras Max me seguía con la mirada.

— Lo que estás haciendo no es justo.

— Dijiste que no me querías apestoso, así que me voy a bañar. — Alcé mis hombros y me encerré en el baño, puse el seguro a la puerta mientras me reía y oía la perilla ser forzada hasta que max se rindió, alcance a oír ligeramente un "me lo vas a pagar" pero Max, no sabía las intenciones que tenía la con él.

En el tiempo que no estuve junto a Max mi mente hizo su trabajo e imaginó unas cuantas cosas que hacer con él, quería probar nuevas cosas, así que cuando fué su turno en la ducha aproveché para sacar de mi equipaje lo que utilizará hoy.

— ¿Qué haces? — preguntó Max a mi espalda, cuando me dí la vuelta me di cuenta que estaba solo con una toalla alrededor de su cintura.

— Nada, sólo preparo las cosas para pasarla bien — Sonreí de oreja a oreja. — ¿Por qué no te recuestas en la cama?

Max enseguida hizo caso a mi petición, y se recostó con la espalda recargada en la cabecera de la cama. Cuando terminé de acomodar mis cosas, me senté sobre él, aún estaba con la toalla, sólo que ahora estaba desajustada por la fricción que hacía con las sábanas. — Me encanta verte con tu cabello húmedo y pegado a tu frente. — Tomé sus labios sobre los míos y las manos de Max viajaron hacia mi culo, masajeaba mis nalgas sobre mi boxear, que era lo único que tenía puesto. Después delineó mi espalda con la punta de sus dedos. El ritmo cardíaco de ambos se aceleraba cada vez más y tanto las manos de Max como las mías viajaban por el cuerpo del otro con la finalidad de llegar a esos puntos claves. Tomé un respiro y entonces los labios de Max bajaron a mi cuello, y solté un gemido apenas audible para ambos.

— Quiero ponerte en cuatro, quiero ver ese camino de pecas que tienes sobre tu columna. — Los besos de Max iban subiendo de intensidad. Y a pesar de que yo también quería que él me tomara como quisiera, tomé sus manos y en un ágil movimiento, sus manos estaban esposadas al respaldo de la cama. Max me veía bastante raro, pero no dijo nada hasta que me levanté de él, y caminé hacia la cajonera frente a la cama
— ¿Qué te pasa?, ¿Me dejaras aquí?, ¿Qué haces, Checo?

HOTEL EN MIAMI || CHESTAPPEN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora