ᴏʙsᴇsɪóɴ - ᴋᴏᴏᴋᴍɪɴ

Capítulo 4

Después de aquella noche de una despedida fría, los siguientes días se volvieron tan largos y dolorosos para Jimin tanto que incluso a veces se soltaba a llorar de la nada cuándo su corazón recordaba a su amado; por una parte, odiaba todo eso, odiaba aquella costumbre de depender de alguna manera de él y que con el paso del tiempo se convirtiera en su soporte ya que en situaciones como esa, solo se debilitaba.

— ¿Por qué no comes nada?

— ¿Qué? —, en todo ese momento, su mente se mantuvo ocupada y no había tocado ni un poco de su plato.

— Tu sopa ya está fría, te serviré otro.

— No, no es necesario Woojin, no tengo hambre... comí mucho en el desayuno y...

— No podrás trabajar en la noche si no comes bien y la abuela nos regañará cuándo vea que dejamos sobras.

— Tienes razón... Lo siento.

Empezaron a comer en un silencio cómodo y acostumbrado en su casa, en ese silencio que los había acogido desde siempre.

— ¿Si estás triste, por qué no lo llamas y le dices que venga?

Jimin tosió un poco y miro a su hermano confundido, — ¿qué?

— No lo trajiste a casa ayer, como siempre lo haces, entonces significa que están enojados.

El mayor no dijo nada, era difícil engañar a un adolescente que había sido testigo de su historia desde el principio, por no decir que su tapadera en los principios.

— Llámalo por la noche, dile que te venga a recoger, yo puedo cubrirte con la abuela así que no te preocupes.

Sintió una calma en su interior y una fuerza de voluntad extrema, tanto como para querer ir ahora mismo por Taehyung y decirle todo lo que sentía pero trato de aguantar esos sentimientos que querían salir a flote por lo que rápidamente comió y fue a cambiarse, se arregló lo mejor que pudo, tomo sus cosas y salió de casa no sin antes despedirse de su hermano, ahora feliz porque le había dado el empujoncito que tanto necesitaba.

[ • • • ]

Su enojó era tan notorio por como sus nudillos se ponían blancos por la fuerza que estaba ejerciendo contra la barra de las pesas; recordaba una y otra vez como estuvo todas las tardes atento a su teléfono sin recibir una sola llamada o mensaje por parte del chico. Entre más lo recordaba, más grande era su enojó por lo que alzó con más fuera la barra poniéndola en los sostenedores de la máquina.

Exhausto se sentó y golpeó su cabeza con su palma varias veces, molestó, enojado, todos los pensamientos negativos contra él; ya no aguantaba un solo día más.

Estaba decidido, hoy iría a verlo.

[ • • • ]

— Muchas gracias, gracias en serio.

Hizo varias veces cortas reverencias al señor del camión que le había dado dinero después de su pequeña presentación en el semáforo en rojo, pero estaba exhausto, sus pies ya le dolían y creía que sí seguía así, no estaría listo para hablar con Taehyung, tenía que verse lo mejor posible.

— Ya tengo que irme chicos, —anunció a sus compañeros quiénes lo tomaron bien, hablaron un poco más y bebieron algo ligero entre chistes y otras cosas más, pero ya era hora de irse.

Decidió irse a pie en vez de tomar un bus, inhalaba y exhalaba mientras hablaba consigo mismo dándose ánimos para picarle al botón verde, sin embargo no sabía cómo debía empezar la conversación con su novio, se sentía nervioso.

— Vamos, vamos tú puedes... —susurró para si mismo, pero justo antes de picarle al botón alguien toco su hombro haciendo que se asustará demasiado.

Inmediatamente cuándo lo vió lo reconoció: era el chico de la camioneta que le había dado su número. Por mucho que tratará de cubrirse con la gorra y esa capucha, era fácil reconocerlo, incluso con esa aura que desprendía de posesión y seguridad.

— ¿Qué pasa?

Jimin se quedó en silencio sin saber de responder, estaba atónito, ¿cómo es que lo encontró?

— Te pareció más fácil ignorarme sin siquiera escribirme un puto mensaje, te esperé día y noche.

No encontraba palabras para responder, su cuerpo temblaba ligeramente y ya no sabía si era por el frío o el miedo y más cuándo lo sujeto fuertemente del codo.

— Entonces hágamos esto más fácil... Ven conmigo...

Su cerebro y cuerpo se alertaron rápidamente ante la manera en como dijo esa oración, no dudó ni un solo segundo en acercarse y propinarle un golpe en el rostro haciendo que lo soltará por lo que fue más fácil huir rápidamente, corriendo y viendo una y otra vez como el chico se quedaba en el suelo viéndolo fijamente, tan fijamente...

Tanto que le causaba un terror en todo su cuerpo.

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Nota: odio trabajar y la vida de adulto, solo quiero dinero y pollito para mi gato, por favooor.

©ggukblack
Jade
25/7/24