Prólogo

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El aroma es una característica casi que indispensable para cualquier individuo que esté entre las castas alfa y omega. Hay muchas supersticiones y tabúes alrededor de aquella cualidad tan única.

Y como todo, también muchísimos estereotipos que atormentan a la gente que no los cumple.

Como es de saberse, a cada inseguridad creada por el mundo moderno, el mismo ofrece una solución que puedes aquirir por un módico precio.

Para bien o para mal, había gente que no contaba con el recurso para esas soluciones, o simplemente querían invertir en otras cosas, como era el caso de los padres de Hassan.

Hassan era uno de los desafortunados en cargar con esa injusta cruz durante una de las etapas más confusas y donde uno es más vulnerable en su vida: el primer y segundo año de secundaria.

Hassan era un omega hermoso, en toda la extensión de la palabra. Era todo lo que se esperaba de su casta: sus facciones eran bellas, pestañas tupidas, piel libre de imperfecciones, silueta delgada y delicada, cabello sedoso y abundante, una sonrisa hermosa y un carácter encantador.

Sin embargo, la gente parecía que lo conocía siempre le hablaba de lo mismo.

"¡Iugh! ¿Qué es ese aroma tan fuerte?"

Los omegas y alfas que se le acercaban, fruncían la nariz, los adultos intentaban ocultar el disgusto, pero los adolescentes pueden ser muy crueles...

Adolescentes de su edad, Omegas y Alfas por igual, no tenían reparo en taparse la nariz en cuanto estaban cerca de él, le hacían muecas, los chistes y los apodos sobre su aroma no faltaban.

Y eso hería al pobre Omega.

Y, ¿cómo no? Si a esa edad llena de cambios, inquietudes y confusión, es cuando uno está más expuesto a las críticas.

[. . .]

Un día más en el colegio, un día más de tortura para el joven Omega. Intentaba no escucharlos, no hacerles caso, e incluso sus papás no sabían de nada de lo que estaba sucediendo, pues Hassan intentaba convencerse a sí mismo de que "no era para tanto".

Sin embargo, cada palabra, cada burla, lo destrozaba por dentro. ¿Por qué tenían que ser tan malos con él? ¿Por qué nadie notaba su belleza? Pasaba horas arreglándose frente al espejo, tratando su cabello, cuidando meticulosamente de su piel, porque su mamá siempre le inculcó que "como te ven, te tratan" pero a la madre de Hassan, al ser una Beta, se le olvidó una parte que para ella pasaba a segundo plano, pero para los omegas y Alfas era primordial, y es que el aroma hablaba más que la propia vista.

Esa situación tan injusta estaba empujándolo al borde, estaba volviéndolo loco.

Hoy era uno de esos días donde sentía que no podía más, donde no quería ver a nadie. Mantenía la vista baja y utilizaba una hoodie para intentar amortiguar su aroma lo más posible. Pero estaban en la adolescencia, la etapa donde las hormonas estaban a flor de piel, y percibir su aroma era inevitable.

Como era usual, burlas y murmullos se escuchaban mientras él se abría paso por el pasillo. Los individuos de casta alfa y omega se distanciaban en cuanto sentían su fragancia, y eso más que aliviarlo lo hacían sentir como un fenómeno, un rechazado.

Pero ya no quería pensar en eso, solo quería que el día terminara.

—¿A dónde corres, apestoso?— Escuchó la irritante voz del creador de su infierno, el primer imbécil que creyó que era divertido burlarse del aroma de la gente, y eso creó un efecto dominó en el resto de la escuela.

Aroma;; BizaplumaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora