Prólogo.

5 1 0
                                    

Brooke.

Brooke.

¡Brooke!

—¡Brooke despierta!

Mis ojos se abren de golpe encontrándome con Simon quien tiene una fachada horrible. Su cabello rojizo estaba echo un desastre,   y debajo de sus ojos unas marcadas ojeras. Su rostro se veía cansado y tenía solamente una franela y sus pantalones, ya que al parecer su camisa estaba cubriendo mis piernas desnudas porque mi falda era muy corta. Sus zapatos estaban es una esquina al igual que mis tacones rosados.

—Simon, tuve una horrible pesadilla—cierro mis ojos de nuevo—. Nos llevaban en una patrulla para después encerrarnos en unas rejas, y duramos toda la madrugada y nadie nos sacaba.

—Brooke, me temo a que no fue una pesadilla —dice riendo.

—¿Qué? —abro mis ojos y miro a mi alrededor. Tengo una rejas en frente de mí, y más rejas vacías a los lados. Al frente un escritorio gris con un policia sentado en la silla giratoria—. ¡¿Qué?! —grito dramáticamente al darme cuenta del horrible ambiente.

—Oiga señorita —el oficial se levanta camina hacia aquí y pone los antebrazos en las rejas—, haga silencio ¿quiere? Que mucho molestó hace unas horas, y por fin estábamos descansando de usted. Así que mejor vuelva a dormirse —dice para volver a sentarse y teclear en la computadora.

Simon estaba a mi lado, Isabelle estaba en el regazo de Harper y ambas estaban durmiendo. Me dolía la espalda horrible y claro que tenía sentido ya que había estado durmiendo en el piso duro y frío.

Me levanto sentándome, y un fuerte dolor en la cabeza me cruza al igual que un mareo.

—Mierda —me quejo ya que cada vez el dolor es más fuerte y siento las venas de la cien palpitando tan fuerte como si fueran a estallar—. ¿Qué fue lo que pasó? —le pregunto a Simon.

—¿No te acuerdas? —niego con la cabeza—. ¿Tan ebria estabas? ¡Vaya! Definitivamente el alcohol te da muy fuerte, y lo confirmo después de tanto años de amistad —se recuesta de las rejas y cruza las piernas—. ¿Te refresco la memoria?

Iba a decirle que sí, pero todos los recuerdos llegan a mí de golpe. Y en especial mis escenas estando ebria.

Mierda —exclamo al acordarme.

«Tierra tragame, y expulsame en el infierno».

___________________________________________

Bienvenidos a mi historia.

¿Qué les pareció el prólogo?

Admito que me partí de risa escribiendo el capítulo uno, que pronto verán.

Fin de notita.

Liz fuera ;)

Maravillosos Desastres ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora