❝incondicionalmente tuya,
lucia❞
Harry Potter era un chico algo callado pero travieso que tenía problemas siguiéndolo desde que tenía un año. Conoce a una chica, que su único atributo conocido era que tenía una actitud algo rígida, pero anhela tanto...
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XXXVII. LIMPIADORES DE GRIMMAULD ❝ A brilliant blackout, a dance of the shadows I feel the undying light inside my heart ❞ ▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂
LUCIA SE DESPERTÓ A LA MAÑANA SIGUIENTE INCREÍBLEMENTE SORPRENDIDA DE ENCONTRARSE EN SU HABITACIÓN MIENTRAS estaba acostada en su cama, parpadeando rápidamente mientras el sol brillaba a través de las cortinas de la habitación.
¿Huh?
No pensó mucho sobre ello los primeros minutos, muy adormilada para que siquiera le importara. Pero entonces le cayó encima que ciertamente no recordaba haber subido las escaleras anoche... la noche en la que ahora sentía que había hecho algo irracional.
A pesar de confiar en Harry hasta el punto en el que le confiaría su vida, al mismo tiempo, no creía que era una buena idea compartir aquellas cosas que tendía a mantener en secreto de las personas. Claro, era bonito finalmente hablar en voz alta sobre sus padres y poder simpatizar con alguien como ella más profundo, era tonto de su parte comprar algo muy, muy, muy personal.
Pero podía confiar en Harry lo suficiente para que él no le dijera ni una palabra a nadie... ¿no?
En este momento, todo lo que Lucia quería hacer era golpearse por cometer un error...
Deseando que Harry no fuera un chismoso, Lucia decidió dejarlo ir... por ahora y rápidamente se puso su vestido y ató su cabello medio largo en una cola de caballo desordenada al costado. Sería mucho problema si decidía mantenerlo siento, especialmente sabiendo que hoy iban a limpiar todo Grimmauld Place. Finalmente.
El lugar necesitaba una buena limpieza, y este lugar era todo menos seguro.
Lucia bajó por las escaleras, sintiéndose extrañamente feliz hoy. Tal vez era porque había dormido bien por primera vez, porque incluso esta casa tenebrosa no podía cambiar su estado de ánimo... afortunadamente.
Incluso mientras pasaba por la fila de las cabezas de los elfos domésticos, no podía captar la energía negativa contagiosa que la ponía tan enferma como ayer en la noche.
Pero otra vez, al mismo tiempo también podría estar delirando...
Después de media hora o algo así de desayuno con los otros habitantes de la casa, los siguió hacia la sala dirigidos por la Señora Weasley, que les daría ordenes sobre qué hacer y como conquistar toda la casa.
Lucia se tomó un momento para genuinamente admirar la sala de estar.
Era una habitación grande de techo alto en el primer piso con paredes verde oliva cubiertas de tapices sucios que se veían como si hubieran estado ahí por siglos. Si fueras a apreciar y admirar la belleza y diseño de la habitación antes de esto, entonces probablemente olvidarías el estado horrendo en el que estaba hoy... como la alfombra exhalaba pequeñas nubes de polvo cada vez que alguien ponía su pie encima y las largas cortinas de terciopelo verde musgo estaban zumbando como si estuvieran infestadas de abejas invisibles.
