❝incondicionalmente tuya,
lucia❞
Harry Potter era un chico algo callado pero travieso que tenía problemas siguiéndolo desde que tenía un año. Conoce a una chica, que su único atributo conocido era que tenía una actitud algo rígida, pero anhela tanto...
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XXIV. LA REVELACIÓN DEL DIABLO ❝ My future's light is becoming darker, I know everything ❞ ▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂
DESDE QUE TENÍA MEMORIA, LOS AÑOS DE LUCIA EN HOGWARTS SIEMPRE HABIAN SIDO TRANQUILOS... BUENO, tan tranquilos como podrían ser. Aun así, tranquilos. Pero, cuando llegó para su cuarto año, de alguna forma, hubo un cambio en la realidad.
Tal vez era solo su severo caso de paranoia hablando por ella, pero después de que el nombre de Harry saliera de ese maldito cáliz, había estado sobre pensando en el peor escenario posible, sin mencionar que se estaba preocupando más de lo que debía.
Era algo extraño para ella preocuparse tanto por alguien que no sea ella, pero ahí estaba, en la mitad del año, todavía quejándose sobre el torneo como si ella fuera la que estuviera participando, todo porque su amigo podría ser asesinado en el.
Amigo... se preguntaba un poco muchas veces cuanto tiempo podría todavía usar ese termino para describir a Harry. ¿Cuánto tiempo duraría su amistad?
El hecho de que no sabia la respuesta a esa pregunta la estaba asustando un poco.
Bueno, ese no era el punto ahora. El punto era que después de la segunda prueba, la sensación de miedo otra vez regresó. ¿Cómo lo sabía, podrías preguntar? Se puede decir que dormir, para ella, era un regalo que muchos poseían. Las cosas comenzaron a escalar más rápido de lo que había imaginado, y con escalar rápido se refería que la noche sin descanso que pensó que solo seria una pesadilla pasajera regresó como su rutina de sueño.
Y lo que era peor era que en todo lo que podía soñar era el rostro de su propio profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras, Ojoloco Moody.
No eran sueños que le dijeran que estaría reprobando o pasando sus exámenes como siempre, sino que el sueño le decía que sospeche de su profesor, quien podría ser o no quien decía que era.
Claro, sospechaba que el era el perpetrador, pero todavía no había descubierto cuales eran sus motivos, así que había puesto la investigación en pausa. Pensó que todas estas pesadillas que había estado teniendo eran una señal de regresar al tema principal, aunque temiera hacerlo... ¿pero como podría probar realmente sus sospechas contra el profesor?
No podía solo acusarlo ciegamente sin enfrentar ninguna consecuencia, es por ello que decidió una cosa: hacer algo que solo sus amigos harían.
No era algo fácil, y sin mencionar que no podía meterse para nada en la oficina de Moody. Con ese ojo mágico suyo, solo sería atrapada y quien sabe cual podría ser su castigo... ¿expulsión? Eso sería un riesgo. Así que se metió a la biblioteca tarde en la noche y deseando que Madam Pince, la bibliotecaria de Hogwarts, no la notara.
Esa era la cosa mas difícil que alguna vez lo había hecho. Ir en contra de Madam Pince en su propio territorio era una misión suicida que había logrado, algo que era seguro que le iba a contar a sus hijos algún día. Y cuando te metes a la Sección Restringida de la biblioteca definitivamente habían grandes logros que nunca pensaste que realmente lograrías, aunque solo pasaría unas cuantas horas antes de que Madam Pince hiciera su ronda diaria de limpiar sus amados libros.
