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El parque estaba casi desierto a esa hora. El sol empezaba a ocultarse, pintando el cielo con tonos anaranjados y rosados, y las sombras alargadas de los árboles caían sobre el pavimento. Takemichi Hanagaki se sentó en un banco, con la espalda rígida por el dolor de la pelea. Sus amigos, Yamagishi y Mitsuya, estaban al margen, observando con preocupación.
"¿Estás seguro de que estás bien?" preguntó Yamagishi, que había estado ayudando a limpiar las heridas de Takemichi.
"Sí, solo es un poco de dolor," respondió Takemichi, intentando forzar una sonrisa.
En ese momento, un grupo de chicos de aspecto temible apareció en el parque. Encabezados por Kiyomasa, el líder de la banda rival, se acercaron con una actitud desafiante. Kiyomasa se dirigió a Takemichi con un tono amenazante. "Vaya, veo que no estás tan mal después de todo."
Antes de que pudiera decir algo más, un chico con cabello rubio ceniza y ojos oscuros se adelantó del grupo. Era Manjiro "Mikey" Sano, el líder de Toman. Su presencia era dominante, y la mirada en sus ojos denotaba una mezcla de interés y autoridad. Mikey se acercó con pasos firmes, ignorando a Kiyomasa y sus seguidores.
"¡Detente, Kiyomasa!" ordenó Mikey, su voz grave resonando en el parque. "No tienes que seguir con esto."
Kiyomasa, sorprendido por la intervención, dio un paso atrás. "¿Qué haces aquí, Mikey?"
Mikey lo miró con desdén. "Este tipo ha demostrado más agallas de lo que esperaba, y eso merece respeto. No necesitamos más peleas innecesarias."
Kiyomasa, claramente molesto pero consciente del respeto que Mikey imponía, asintió y se alejó con su grupo, murmurando entre dientes.
Mikey se volvió hacia Takemichi, que estaba intentando levantarse. "¿Cómo te sientes?"
"Mejor, gracias," respondió Takemichi, aunque aún se sentía débil. "No esperaba que alguien viniera a ayudarme."
Mikey se sentó en el banco junto a Takemichi. "A veces, la gente necesita una mano amiga, especialmente cuando se enfrenta a situaciones como esta."
Takemichi miró a Mikey con una mezcla de curiosidad y cautela. "¿Por qué me ayudaste? No te conocía antes de esto."
Mikey se rió suavemente. "La vida en las pandillas no siempre es lo que parece. A veces, lo que más importa es la valentía y el carácter. Y tú has mostrado ambas cosas."
En ese momento, dos figuras se acercaron. Eran Draken, el segundo al mando de Toman, con su cabello rasurado y una presencia imponente, y Emma, la hermana de Mikey, con su expresión preocupada.
"¿Todo bien, Mikey?" preguntó Draken, mirando a Takemichi con una mezcla de curiosidad y desconfianza.
"Sí, todo bien," respondió Mikey. "Solo estaba hablando con Takemichi y le estaba ofreciendo una oportunidad."
Emma, mirando a Takemichi con una mezcla de simpatía y preocupación, se acercó. "Lamento que hayas tenido que pasar por esto. Si necesitas algo, no dudes en decírmelo."
Takemichi asintió, sorprendido por la amabilidad. "Gracias. Es difícil encontrar gente así."
"Como te dije," continuó Mikey, "tengo una propuesta para ti. Si te interesa, podrías venir a conocer a los chicos de Toman. Podrías encontrar algo que te guste, y podríamos ofrecerte protección."
Takemichi se quedó en silencio por un momento, considerando la oferta. La idea de unirse a una pandilla no era algo que hubiera considerado antes, pero el gesto de Mikey y el entorno de apoyo que parecía rodear a Toman le daban algo en qué pensar.
"Lo pensaré," dijo Takemichi finalmente. "Gracias por la oferta y por la ayuda."
Mikey asintió y se levantó. "No hay prisa. Hablamos mañana."
Draken y Emma intercambiaron miradas mientras Mikey se alejaba. Emma le dio una palmadita en el hombro a Takemichi. "Espero que tomes la decisión correcta."
Takemichi observó cómo Mikey se alejaba con su grupo, sintiendo una mezcla de intriga y incertidumbre. Mientras se dirigía a casa con Yamagishi y Mitsuya, su mente estaba llena de pensamientos sobre lo que el futuro podría deparar.
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Encuentro Fatal [Miketake +18]
Historical FictionEl amor profundamente entre un muchacho, pero si es correspondido, un amor correspondido y que además se fortalece por medio de la unión y confianza, nada más un amor puro y sincero