Piel de porcelana y manos toscas...
Labios finos y labios suaves...
Ojos oscuros y ojos claros...
¿Lo peor? Esa piel, ni esos labios, y mucho menos esos ojos, eran los míos.
Tan iguales, pero a la vez tan distintos, eso eran ellos, lo que son, y lo que siempre serán.
Su mitad.
Números, dígitos, palabras, letras, centenas, decenas, ecuaciones...
Y la verdad era que yo no cabía en esa ecuación, y muy a mi pesar, me tocó ver todo en primera fila.
Quizás ese era mi destino, quizás me lo merecía, quizás no hice las cosas bien, a fin de cuentas, lo supe desde un principio y nunca dije nada.
Se notaba a simple vista, sus gestos, sus cuerpos, sus manos...
La complicidad que había entre ellos.
"Los ojos nunca mienten." Decía siempre mi abuela, y tenía razón, tanta, que a día de hoy, me aterra.
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Soltarte nunca estubo en mis planes
Romance"Dejar ir es un regalo que le haces al corazón del otro." "Amar a alguien también implica saber cuando es el momento de soltar." Nunca había creído que esas estúpidas fraces algún día me chocarían tanto... Te dejé ir, y ese no solo fue mi peo...