ɪᴛᴀᴅᴏʀɪ ʏᴜᴊɪ
ᴴᵒᵐᵉ⁻⁻ᶜᵃᵛᵉᵗᵒʷⁿᴹᵉᵈⁱᶜⁱⁿᵉ⁻⁻ᴰᵃᵘᵍʰᵗᵉʳ
—Anda, date prisa. Solo confiésate —alentaban mis amigas para que finalmente me dispusiera a caminar en su dirección.
—No estoy segura, mejor dejémoslo así —dudé.
Moría de vergüenza y ni siquiera lo tenía de frente. Era tan lindo y simpático que la sola idea de estar frente a él me ponía de los nervios. No tenía un espejo frente a mí, pero podía sentir el calor en mi rostro de mis mejillas sonrojadas.
Finalmente, el chillido de mis amigas fue tan fuerte que captamos las miradas de nuestro alrededor, incluyendo a Yuji, quien al notarme me ofreció una de sus lindas sonrisas sin saber muy bien por qué el escándalo se originaba a los alrededores.
Pero su sonrisa me alentó. Tomé valor y, con la rosa en mi mano, avancé decidida hacia él.
Agaché la mirada una vez frente a él y extendí la rosa sin verlo, esperando a que la tomara.
—Me gustas mucho, Itadori.
El silencio se hizo presente, quizás a modo de sorpresa, pero comenzaba a incomodarme no recibir respuesta y temí por un rechazo.
Aún agachada, sentí cómo la rosa se deslizó de mis manos. La había tomado.
—¿No me vas a mirar? —soltó.
Ahora tenía los nervios sobre mí, estaba por desfallecer, segura de que se acercaba un rechazo. Finalmente, recobré mi postura y lo miré a los ojos con duda. Cuando me dispuse a hablar, él habló primero.
—A mí también me gustas.
A las pocas semanas, comenzamos una relación y no podía ser más feliz. Andaba con el chico que más me gustaba y todo era recíproco. Él era tal cual me imaginé: protector, considerado, atento, comprometido con mi bienestar y felicidad.