Only love

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Pasaba una vez más por el panteón, con la linterna alumbrando su camino, para fijarse de que nadie extraño entre con malas intenciones y altere la paz de los que ahora descansan para siempre.

Todo era normalmente común, nadie venía ni molestaba y para buena suerte de otros nadie había muerto en un buen tiempo, o por lo menos no en el pueblo.

En el día descansaba y comía solo una vez a la luz del sol, luego de levantarse de su reparadora siesta, y en la noche llegaba justo a tiempo al panteón para cambiar de turno con Seungmin.

No tenía hijos, ni pareja, no era divorciado y no tenía que cuidar de nadie; la vida era buena.

O por lo menos lo era, hasta que conoció a ese chico que un día comenzó a venir junto con tres gatos a su lado para llorar junto a una descuidada tumba.

Al principio se le hizo sumamente extraño, pues esa tumba a la cuál visitaba a diario tenía centenares de años ahí y nadie había venido jamás para dejar flores, llorar o hablar como él lo hacía.

—¿Quién era?—pregunta extrañado el vigilante, acercándose para hablar por fin con ese joven.

—Mi padre—seco, en un susurro y casi inaudible pronuncia y como una pequeña ventisca en verano, la voz del castaño logra causar una calidez en Jisung, inexplicablemente siente algo que tenía años sin sentir.

Han Jisung ya estaba lo suficientemente viejo como para actuar así por alguien, pero para él fué imposible no sentir gusanos en su estómago que lo hicieron querer vomitar.

Se sentía como un tonto adolescente, y claramente ya no lo era.

—Lo siento. He visto que vienes todos los días, pero antes no te veía por aquí ¿Qué te hizo venir ahora?—su pregunta sale tan natural que por un momento se arrepintió de cuestionarle algo así al chico.

Uno de los gatos se acercó a él, específicamente el más oscuro, así que con cariño se agachó para acariciar su pelaje, haciéndolo ronronear y restregarse contra Jisung.

—Le agradas. Eso es sorprendente—Jisung asiente comprendiendo, aunque él es alérgico a los gatos, le gustan mucho pues le parece que son animales sumamente inteligentes y leales a sus principios, a comparacion de los perros que, son perros.

—Son lindos. ¿Son tuyos?—preguntó.

El joven castaño asintió con desánimo, dejando escapar un suspiro por sus pálidos labios.

—¿Cuál es tu nombre? Pareces más joven que yo—pregunta ésta vez el castaño.

Con una extraña mueca de confusión Jisung levanta una ceja como cuestionándose lo que acababa de decir, por qué claro que se veía a los espejos y se veía muy viejo.

—Me llamo Han Jisung, y soy mucho más viejo que tú, deberías aprender a respetar a tus mayores—la risa socarrona del pálido se escucha como un susurro.

—Te puedo asegurar que por más que no lo creas soy más joven que tú. Me llamo Lee Minho—ahora conociendo sus nombres la confianza abundaba en el ambiente.

Jisung levantó la mirada hacia Minho y volvió a comprobar lo joven que lucía, ni una sola arruga en la pálida piel.

—¿Cuántos años tienes? Exactamente.

—Tengo doscientos tres—sonrió—. Me sorprende que no puedas reconocer a los tuyos. Aunque yo al principio tampoco podía, no te culpo.

Ahora Han era el pálido. Su boca bajó suavemente y sus pequeños ojos se abrieron con una mezcla de confusión, sorpresa y miedo quizá.

—Deja de jugar. Es imposible que tengas esa edad, los humanos llegan máximo a los ochenta—respondió—. Yo casi llego a los sesenta y me veo mucho más viejo que tú.

Los ojos de Minho se abrieron en sorpresa.

—¿Acaso no lo sabes?—Jisung negó lentamente—Moriste.

Han se echó a reír con carcajadas. Los jóvenes de hoy en día sacaban cosas raras.

—¿No me crees?—volvió a hablar Minho. Y por su puesto que Jisung negó—Sígueme.—lo tomó de la muñeca y lo jaloneó con fuerza hacia la base del cementerio.

—¿A dónde me llevas?

Minho no respondió y cuando llegaron se fijaron en otro joven que estaba dormido en la silla de Jisung.

—Él es Bobby. O por lo menos así lo llama su novio Hyun que viene siempre a traerlo y dejarle comida. Dudo mucho que sea extranjero porque habla muy bien coreano.

Jisung aún no se podía creer que había muerto. Así que se acercó al tal Bobby y lo llamó para despertarlo, pero no se inmutó. Así que se acercó a él y con la esperanza de que fuera una broma de mal gusto tocó su hombro, traspasando la piel del menor, quién se estremeció y se despertó de golpe buscando a todos lados con una expresión de profundo miedo.

—Discúlpame—dijo Jisung, sin recibir ni siquiera la mirada del asustado vigilante.

—Déjalo. ¿Sabes porqué Seungmin puede verte y hablarte?—preguntó Minho, el otro solo sintió—Porque Seungmin está encargado en personas como tú, que no saben que ya murieron. ¿En qué año crees que estamos?

—¿1909?—preguntó con obviedad.

Minho solo negó y se alejó del vigilante asustado.

—Es 2015. Cuando morí me fijé que en tí, tus mejillas realmente llaman la atención. Preferí quedarme aquí contigo hasta que te dieras cuenta pero perdí la percepción del tiempo hace mucho y ni siquiera sé si seguimos en el mismo año, por lo menos yo morí en 2015—la manera en la que Minho contaba hizo a Jisung volverse loco, con tanta calma que se tuvo que creer lo que le estaban diciendo—. Ahí viene Seungmin—rió—, ya se dió cuenta del shock.

La figura de Seungmin apareció, no parecía feliz pero trató de ocultarlo con una gran sonrisa.

—Lee Minho, es hora de que te vayas.

—Quiero seguir más tiempo al lado de Jisung, por favor—pidió Minho con un puchero.

—Él no recuerda nada, no lo puedes forzar.

—Pero dijimos que en esta vida nos volveríamos a encontrar y él ¡Sigue aquí! No me parece bien—Seungmin suspiró ante el berrinche de Minho.

—Él no recuerda nada, en su vida pasada tuvo que sufrir mucho por tu culpa como para no querer regresar—replicó.

—¡Yo lo amé siempre y morí en esta vida esperándolo! Somos almas gemelas y no nos pueden separar, quiero hacer una queja, Kim Seungmin—exigió Minho.

Pero nada valía si Jisung no podía recordar su vida pasada.

—Pero lo hago... Te recuerdo, Minho. Tú te sacrificaste por mí porque las parejas entre hombres estaban prohibidas, amor—un nudo se formó en la garganta de Jisung—. Tú me amabas tanto y me prometiste que en la próxima vida tendríamos un final digno—la primera lágrima bajó—Somos almas gemelas, Minho. Me prometiste buscarme en la próxima vida.

—Pero me cansé de hacerlo, y me cansé esperar a que te dieras cuenta de que moriste por un misil. Te amo y nunca te dejaré, Hannie. Hay que estar juntos en cada vida.

Ambos se acercaron para unirse en un abrazo.

—En cada vida, Honnie.

Y así Jisung se dió cuenta de que la vida en realidad es cuestión de amar, no vives para ser feliz, eres feliz para vivir, y Jisung es feliz al lado de Minho, no importa si son fantasmas, flores, animales, orugas o las personas más diferentes, ellos siempre terminarían juntos, sin importar qué.

Ghost | Minsung [De ◌⃘ ۪ 𝑅𝐼𝑇𝐴]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora