HAMBRE

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Holi soy le autore del fic y espero que os guste... Sólo me ha llevado unos 3 meses escribir esto y unos 15 bloqueos de escritor aproximadamente.
Lo empecé a escribir mientras me terminaba el anime de Dungeon Meshi y aún no he empezado a leer el manga así que siento por adelantado si no es fiel a este. Si hay alguna cosa especialmente anacrónica o imposible que pase, no me culpéis a mí, pensad que las poderosas Deidades de lo Horny usaron sus poderes celestiales para que todo esto sucediera.

Ah y va en serio cuando digo que esto es muy +18/NSFW. Me he quedado agustísimo sacando mi vena más kinky y sacando el máximo partido a todo el lenguaje de la comida pa hablar de cosas sexuales así que leed bajo vuestra responsabilidad...

Y si esto despierta algo en vosotros que ni sabíais que estaba ahí, de nada~ ;D

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H A M B R E

-¡Laios! ¡Laios! ¡Venga, vamos, despierta de una vez!

Nada. Seguía sin reaccionar el maldito. No iba a mentir, estaba reaccionando así porque el momento de miedo y angustia ya lo superó cuando comprobó que tenía pulso estable y respiraba, lento e inestable, pero respiraba. Así que ahora le tocaba estar irritado porque el estúpido de Laios no le contestaba ni abría los ojos y no es que les sobrara el tiempo, que digamos. Encima que se había dedicado a reanimarle y hacerle el boca a boca para que volviera en sí...

Se pasó el pulgar por los labios, sintiendo de repente un sabor ajeno al propio en ellos que hubiera jurado no estaba ahí antes. Tal vez lo había opacado el vomitivo regusto a aguas estancadas y la adrenalina del momento o tal vez lo invocara al pensar en lo que había hecho sin rastro de dilación alguna.

Tsk. Lo que era capaz de hacer por alguien como él.

Levantó la mano todo lo que pudo y le soltó un bofetón en la cara que hizo eco en toda la pequeña estancia. De inmediato, el chico abrió los ojos y tomó aliento como si no hubiera respirado en años antes de parar de golpe y entrar en un violento ataque de tos que le hizo estremecerse entero. Ocultando rápida y magistralmente la sonrisa de extrema satisfacción de sus labios, Kabru movió la mano que aún le ardía del golpe bajo su nuca y la otra sobre su hombro, empujándole levemente para poder dejarle de costado y musitó en voz baja tonterías tranquilizadoras, haciendo movimientos circulares en su espalda y en su nuca con los dedos, mientras Laios tosía y tosía y vomitaba agua con algunos trozos de alga y otros trozos que no quiso ni preguntarse por su naturaleza o cómo habrían acabado dentro de él. Pronto notó cómo iba calmándose y su respiración se estabilizaba, así que le ayudó a volver a tumbarse boca arriba y apartó las manos hasta dejarlas apoyadas sobre sus propios muslos. El rubio tomó aire hasta el fondo de sus pulmones, soltándolo lentamente mientras abría los ojos y enfocaba aquel rostro. Podía casi leer como si fuera un manual en esos ojos el orden en el que fue procesando las cosas: confusión, alivio, razonamiento, alegría, reconocimiento y... Sintió un tic en el párpado y cómo la sonrisa pacífica que había compuesto hace un instante se caía por uno de los lados.

Esa maldita pausa y mirada perdida otra vez. Como suponía, el muy cabeza de chorlito había olvidado su nombre, si es que alguna vez lo había retenido en ese cerebro de mosquito.

Tomó aire y se aseguró de que su expresión volviera a ser tranquilizadora y con un deje de preocupación aún y ladeó ligeramente la cabeza antes de decir:

-Menos mal que estás bien... Me habías preocupado mucho, -ladeó un poco más la cabeza, entrecerrando los ojos para que le brillaran aún más y puso especial hincapié al pronunciar cada letra de aquella palabra- Laios.

[HAMBRE] Dungeon MeshiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora