Best Enemies ~ Carlos Sainz Jr. ~

CAP 5: Teenage Dirtbag

HELENA POV

Había pasado gran parte de la noche molesta, maldiciendo a Carlos cada cuánto, podía ver claramente su semblante llenó de diversión cuando dijo "No podrás decirme que no por todo un día". Era ridículo, ¿que se creía? Carlos ya era un hombre de 29 años, pero actuaba como un niño de secundaria. Por la mañana, revisé mi teléfono y tenía un mensaje suyo "Debes estar lista antes de las 8:00 am", había tomado una almohada con la ahogué un grito de frustración; no podía creer que me hallaba en esta situación. No le respondí, no pude, mi ego no me lo permitió; aún así me levanté de la cama, debía conseguir su permiso para grabar ese estúpido video, era eso o aceptar que me reemplazaran en el canal.

Menos de una hora más tarde, estaba en mi bata de baño, cepillando mi cabello cuando alguien tocó mi puerta; yo me asomé por la mirilla con curiosidad, alejándome instintivamente cuando vi de quien se trataba. Tomé un respiro antes de abrirle, debía verme en la mejor disposición o se negaría a ayudarme después.

¿Qué haces aquí? - pregunté en cuanto abrí la puerta, alzando la ceja. Okey, tal vez "verme en la mejor disposición" no era lo mío, al menos no cuando se trataba de Carlos.

La verdadera pregunta aquí es porqué no te has vestido - señaló mi bata.

Aún no dan las ocho, tengo tiempo - me di la vuelta, sentándome de nuevo en la silla frente al tocador, donde seguí cepillando mi cabello.

Faltan cinco minutos, Helena - lo escuché cerrar la puerta y entrar a la habitación, Carlos se sentó en la orilla de la cama, detrás de mí.

Estaré lista en diez - me puse mi crema facial, mientras lo veía echarse en la cama, pasando su mano por su cara, desesperado.

Sabes que no es cierto - no respondí - Te pedí que estuvieras lista a las 8:00 - se enderezó y me miró molesto a través del espejo. Yo me giré en el asiento y lo miré lista para debatir.

A esa hora abren el circuito, y hacemos quince minutos hacia allá - fruncí el ceño - Yo tengo que llegar hasta las 9:30 am.

Me importa poco a que hora tienes que llegar tú - se levantó - Yo quiero llegar antes - puso sus grandes y venosas manos sobre mis hombros, inclinándose para hablarme al oído - Y si quieres mi permiso para tu video - conectó su mirada con la mía, moviendo una de sus manos hasta el comienzo de mi cuello - Te recuerdo que no puedes negarme nada - tomé su muñeca, alejando su mano de mi cuerpo; levantándome con rapidez, recargando mi rodilla en el asiento de la silla, alzando la cabeza, mi cara a escasos centímetros de la suya.

No lo disfrutes demasiado - mi nariz rozaba la suya, y un vacío se comenzó a apoderar de mi estómago - Esto solo durará un día - escaneé su rostro con la mirada, aún sosteniendo su muñeca con mi mano, lejos del resto de mi cuerpo.

Es por eso que planeó disfrutarlo - bajó la voz, acercando aún más su cara a la mía, su respiración haciendo cosquillas en mi piel.

Eres un imbécil - lo empujé, soltando su mano por fin y caminando al baño con la ropa que había preparado para el día de hoy.

Nueva regla, debes dejar de insultarme - sonrió con superioridad, yo lo miré molesta desde el marco de la puerta - Recuerda que no puedes decirme que no - puso sus manos sobre su cintura, su sonrisa haciéndose más amplia.

Bien - dije entre dientes, cerrando la puerta tras de mí.

Salimos de la habitación a las 8:30, Carlos me miró con enojo pero no mencionó nada. Al llegar al lobby, Rebecca se levantó de uno de los sillones de la recepción.