#18

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"Esa estúpida T/N..." Este murmuraba bajo su respiración, sintiendo un odio tan inmenso hacia la latina en esos momentos. "Llegará un momento donde me ruegues de rodillas..."

"Denver, qué tanto murmuras?" Moscow llegaba a la habitación de su hijo.

Este se había callado, sabiendo el regaño que se iba a llevar de su padre si se enterara de lo que estaba diciendo en esos momentos. "No es nada."

Moscow solo susurró, no sabiendo por qué su hijo se estaba comportando de una manera muy rara. "Hijo, necesito saber qué te está pasando." Este dijo, mirando al contrario con cierta preocupación. "Por qué te comportas de esta manera? Acaso esa mujer te ha enamorado por completo?"

Denver pensó en la japonesa, y le dio mucha rabia como esta miraba con tanto amor a la latina. Él seguía creyendo que la latina no la merecía. Creía que él podía ser mejor para la japonesa, darle lo que ella podría verdaderamente necesitar. En su punto de vista, las chicas solo eran una propiedad para T/N, mujeres que producirían hijos para ella. Denver no creía que la latina le importaba alguna de ellas, y que la única razón por la que reclamaba a Sana era porque le hería el ego de que fueran a dejarla.

Si, tenía que ser por algo así.

"No sé de qué hablas." Denver solo lo echó de su cuarto, encerrándose en este.

Moscow miró la puerta de la habitación con el ceño fruncido. Estaba frustrado al no saber cómo lidiar con su hijo. Él sabía que tarde o temprano su hijo se iba a meter en problemas con la empresaria, y el hombre mayor podía ver que la latina no era alguien con quien debías meterte.

Este caminó desanimadamente en dirección a su habitación, sintiendo como su estómago rugía levemente. Le dio cierta vergüenza, y pensó en pasar hambre.

Su estómago volvió a rugir, haciendo que Moscow gruñera un poco por la irritación antes de caminar en dirección a la cocina. Tal vez se podría encontrar con el mayordomo de T/N, preguntar por un pedazo de pan, cualquier cosa que fuera a calmar su hambre.

Al llegar a la cocina, este no se esperaba haberse encontrado a Sana.

La contraria parecía estar tomando agua cuando notó la presencia de Moscow.

"Oh, lo siento mucho." Este dijo, pensando que debía de darse la vuelta e irse. T/N había dejado en claro el no tener contacto con sus mujeres a menos que fuera necesario.

Justo cuando el hombre iba a irse, Sana la detuvo. "Espera."

Este rápidamente volteó a encarar a Sana, lentamente tragando en seco al pensar que se había metido en problemas.

Sana miraba al contrario, comportándose como un niño que había sido encontrado haciendo una travesura. "Venías por comida?"

"No, solo me había perdido—" El hombre trataba de excusarse, pero su estómago había rugido, delatándolo por completo.

"Mr. Jung ya se fue a descansar, pero en la alacena tenemos algunos fideos instantáneos." Esta dijo, señalando el lugar que estaba mencionando. "Toma uno y prepáralo. Solo procura lavar el plato después de usarlo."

El contrario estaba un poco estupefacto. "De verdad?"

Sana asintió con la cabeza. "Nadie en esta casa pasa hambre. Eso es algo que no vamos a tolerar."

Después de decir aquello, ella iba a devolverse a su habitación cuando Moscow decidió hablar.

"Yo... gracias." Este dijo suavemente, estando agradecido de que la japonesa fuera indulgente con él.

They are Mine (TWICE x Tú) G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora