Narra Irene
-¿Queréis daros prisa? He quedado con Dylan dentro de quince minutos -dije mientras me aplicaba la base de maquillaje.
Al terminar con la decoración de mi cara me di un rápido repaso frente al espejo; mi pelo estaba bien sujeto en una coleta alta, la cual me llegaba un poco más abajo del hombro. El vestido negro de tiranges se ceñía a mi cuerpo llamativamente mientras que cubría poco más de lo que debería, y mis pendientes de bola y mis zapatos blancos de punta triangular (algo así como los de Ariana Grande) congeniaban a la perfección. Le sonreí satisfecha a mi reflejo y salí de mi habitación encontrándome con la siguiente escena.
Amalia se encontraba frente al espejo del baño dándose un último repaso mientras se sonreía a sí misma. Me fijé en su look y la verdad es que se había puesto bastante guapa. El top azul de vuelo le quedaba genial junto con la falda ajustada negra y sus zapatos altos también negros.
Nahia se encontraba dormida en el sofá con la televisión encendida. Vestía unos leggins negros con un top floral y unos zapatos negros también. Bueno, al menos ya estaba preparada.
Eukene e Itsaso estaban en chándal y comían pizza en la encimera de la cocina, sin importarles el estropicio que estaban armando. Las miré con desaprobación.
—¿Qué? No es bueno beber con el estómago vacío —se excusó inútilmente Itsaso. Eukene asentía en signo de estar de acuerdo con eso.
Desvié mi mirada hacia el cuarto de Yanira, el cual tenía la puerta abierta. Decidí asomarme a ver qué es lo que ocurría, y en seguida me encontré con una Yanira totalmente aterrorizada.
—¡No sé qué zapatos ponerme! Oh por dios Irene, ¡ayudame!
Repasé su básico atuendo: shorts vaqueros claros y una camiseta ajustada de tirantes que le llegaba por el estómago. No llevaba ningún complemento.
Me dirigí a su zapatero y de él saqué unos tacones rosa pastel, combinándolos con unos pendientes colgantes del mismo color.
—Date prisa, que en diez minutos nos recogen —le recordé mientras le entregaba los complementos.
Ella asintió en respuesta y al estar lista salió de la habitación detrás de mí.
—¿Nos vamos? —pregunté lo suficientemente alto como para que todas me oyeran. Amalia salió del baño, Nahia pegó un zumbido por el grito pero luego se puso en pie, y Eukene e Itsaso salían preparadas de sus habitaciones.
—¡Sí! Venga vámonos de parranda —dijo Amalia entusiasmada.
—No sé si reír o llorar —se dirigió Itsaso hacia Amalia.
—Cállate o te peto el orto.
—Empieza.
—No, ahora no que no tengo ganas.
—Joder, siempre me dejas con el calentón.
—Anda, ven y dame un abrazo.
Las dos tórtolas se abrazaban mientras salíamos de nuestro apartamento.
Al salir del edificio vi el coche de Dylan ya aparcado en la acera, y a lo lejos vi como el coche de Calum anunciaba su llegada con un bocinazo.
Nahia, Yanira e Itsaso se montaron en la parte trasera del coche de Calum, ya que en el asiento del copiloto estaba Jesús hablando sobre algo aparentemente interesante.
Amalia, Eukene y yo nos montamos con Dylan, ellas en la parte de atrás y yo en la delantera.
Al acomodarme por completo giré mi cabeza hacia Dylan y le planté un rápido beso en la comisura de los labios.
—Pensé que no vendrías.
—Bueno, me di cuenta de que dejarte ir sola de fiesta no era buena idea.
—Oh vamos, no tengo siete años —reí y le pegué un suave puñetazo en el hombro.
Arrancó el vehículo y lo encarriló según las líneas marcadas en el asfalto —Físicamente no, pero mentalmente sí.
Un suave "uhhhh" se oyó de la parte de atrás y me llevé una mano al corazón intentado hacerme la ofendida. Dylan, en cambio, soltó una carcajada.
—¿Cómo te atreves a hablarme así?
—Atreviéndome, amor.
—Que fuerte, creía que me querías.
—Claro que te quiere, pero lejos de él —Eukene alzó la voz desde su sitio, y yo la fulminé con la mirada cuando me giré.
—Calla y vete a comer pizza —contraataqué.
—¡Oye, cuidado con lo que dices sobre la pizza!
—¿Qué dices? La pizza es mi mujer, ¿por qué defiendes a mi mujer? —dijo Amalia de repente uniéndose a la conversación.
—¿De qué hablas? Pizza y yo llevamos meses saliendo.
—¿Me estás diciendo que eres la amante de mi mujer?
—Puede ser.
—Oh venga, pensaba que eras mi amiga.
—¡Y lo soy!
—¡No, no lo eres! ¡me has traicionado!
—Eso mejor díselo a tu esposa.
Mientras ellas seguían discutiendo por comida basura, yo me concentraba en mis pies debido a mis pensamientos.
Dylan paró en un semáforo en rojo, y al ver que Amalia y Eukene seguían discutiendo, llevó su mano hacia mi nuca y me atrajo a él.
Sus labios rozaron los míos de una manera cariñosa, pero cuando éstos se juntaron hicieron del ambiente algo más salvaje.
Mientras que nosotros nos besábamos mis amigas nos miraban asqueadas desde atrás.
—Aj, ¡qué asco!
—¡Idos a un hotel!
El semáforo se puso verde y Dylan arrancó el coche mientras reía. Yo me giré para encararlas.
—Envidia que nos tenéis.
—Mentira cochina, yo con Pizza soy más que feliz —me respondió Eukene.
—Como te gusta hacerme daño... —comentó Amalia intentando parecer dolida.
Un rato más tarde divisé la entrada de la discoteca en la que habíamos quedado con los demás.
Okay aquí os dejo la primera parte de mi primer mini fic u.u
Pregunta: ¿qué creéis que ocurrirá en el siguiente capítulo? Venga quiero reírme un poco xD
Si os ha gustado: votad y comentad, que no os cuesta nada bbs
Os quiere
Irene xx
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Let's go party!
HumorSalir de fiesta es algo común para los jóvenes de hoy en día. Excepto para nosotras.