Maldita sea me he enamorado

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Estaba recuperándose y no era de extrañar tenía heridas graves. Estaba en la cama de un hospital, con vendas y puntos. Estaba solo sin ningún ninguna visita a la cercanía. O eso pensó hasta que tres personas entraron.

-¡Sorpresa! -Dijeron los tres a la vez. Se trataban de Shoto Todoroki, Camie Utsushimi e Inasa Yoarashi.

-¿¡Se puede saber que hacéis vosotros aquí!? -Preguntó molesto por la repentina aparición.

-Venimos a visitarte, -respondió Inasa -es que no es obvio? -Preguntó.

-Al fin y al cabo los tres tuvimos que repetir el mismo examen. -Dijo ahora Shoto.

-¡No necesito de vuestra compañía! -Habló de manera desagradecida.

-Vamos tontito, no finjas que no te alegras de que alguien te visite. -Dijo Camie toqueteando le la mejilla.

-No me toques. -Ordenó con cara de fastidio.

-¿Tú luchaste contra All For One y Shigaraki no? -Pregunto Inasha- Utsushimi y yo luchamos contra All For One junta a shishikura y algunos de tu academia. Aunque nos derrotó a todos. -Recordó sintiéndose decepcionado de si mismo-. Pero eso ya es agua pasada. Dinos, que tal fue tu batalla. -Pidio emocionado.

-No tengo nada que deciros. -Se negó.

-Anda por favor. -Pidio ahora Camie.

-¡He dicho que no! -Gritó está vez.

-Bueno, cuando quieras nos hechas un toque. -Dijo Inasa haciendo como un teléfono con su mano y colocando en su oreja.

-Tengo que decir, que te admiro mucho. -Halagó Camie-. El echo de que plantaras cara al mayor villano es de respetar.

-Soy fuerte y poderoso, no es de extrañar que pudiera con él. -Afirmó Katsuki.

-Ya lo sé, y te tengo respeto por ello.

Aquello resultó llamativo para Katsuki. Era la primera vez que alguien le decía eso, ni siquiera Eijiro o Izuku se lo habían dicho.

-Nunca antes me había dicho alguien eso. -Declaró Katsuki.

-Igual si dejarás que la gente te halagara más y no les gritases tanto, igual escucharías cosas así. -Dijo Camie.

Katsuki se molestó por ello, pero no contestó, sabia que ella estaba en la razón. Simplemente agachó la cabeza con algo de culpa.

-Venga no te pongas triste. -Y en un inesperado movimiento Camie abrazó a Katsuki-. Solo tienes que manejar mejor tú genio.

De manera natural Katsuki hubiera empujado a cualquier otra persona que lo abrazara (con excepción de su madre), pero aquel abrazo le resultaba cálido, tranquilizador y agradable. Le gustaba que ella lo estuviera abrazando, le hacía sentir en aquellos tiempos cuando iba con su madre para que lo consolará.

Y sin darse cuenta correspondió a ese abrazo, acariciando un poco su pelo de color beige.

-Veo que a alguien le ha gustado mi abrazo. -Dijo burlona Camie.

Katsuki se le erizó el pelo por lo que ella dijo y la soltó, acto que ella repitió.

-Anda pero si esta como un tómate. -Se burló Inasa al ver sus mejillas rosadas.

-Callate. -Exigió Katsuki tapando se con sus manos y brazos.

-Que adorable estás cuando te sonrojas. -Admitió Camie.

-¡No soy adorable, soy un chico rudo!

-Los héroes adorables también son tan admirables como los rudos. -Le dijo Camie.

ilusiones explosivasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora