2-Segundo día

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Segundo día

Cerré la puerta de mi casa nada más salir, abrí la puerta del copiloto y me senté dejando la mochila en mis pies, mi madre me miraba enfadada por tardar tanto y arrancó el coche.

—¡Tenemos que salir con más tiempo!—Reprochó mi madre mientras conducía hacia las clases.

—Ya lo sé mamá, perdón.—Me disculpe apoyando mi codo en la ventanilla, puse mi cabeza en mi mano, sujetando la cabeza.

Mi madre respiró profundamente para tranquilizarse, ella se caracterizaba por amar la puntualidad y siempre se ponía de los nervios si salíamos un poco más tarde de la hora habitual.

—¿Por qué has tardado tanto en salir? Cuando yo entre al coche ya estabas lista.—Preguntó mirando la carretera.

—No encontraba el libro de Lengua.

Nos quedamos calladas las dos, prestando más atención a la carretera que a nuestra conversación, mi madre parecía pensar en algo hasta que volvió a hablar.

—Por lo que me ha dicho una mamá de tu clase, tu profesor está de baja, ¿no?—Apartó la mirada de la carretera unos segundos para mirarme y yo asentí, ella volvió a prestarle atención a los vehículos que se movían por la ciudad.—Y que tal el nuevo profesor.

—Profesora, es una mujer.

—Pues que tal la nueva profesora.

—No sé qué decirte, hace unos días tuvimos la primera clase con ella pero en toda la hora la ayudamos a orientarse más o menos, estaba bastante perdida al ser la nueva.—Pensé un poco como poder describirla.—Parecía divertida e interesante, con ganas de dar clases y no es de los típicos profesores que odian su trabajo a muerte, ella nos trató muy bien a todos. También parece que le dió una clase a Jasmine y por eso me reconoció, físicamente es bajita, con el pelo pelirrojo por encima de los hombros y con ojos marrones.

—Bueno hija, que te he preguntado que tal con ella, no que me dijeras toda su biografía.—Bromeó mi madre riendo y yo me sonroje un poco.

—Shut up, solo te daba información de como es, nada más.

—Bueno entonces bien, ¿no?

—Sí, al final de la hora hablamos un poco y parecía muy amable.—Dije con una sonrisa y apoyándome en el respaldo del asiento.

—Me alegro, por que el señor Hernández no me caía bien.—Dijo mi madre con una mueca y yo reí.

Aunque no se lo haya dicho, también me causaba curiosidad saber un poco más sobre ella, era como una necesidad tener un poco más de información sobre su vida.

—A ti ni a nadie, mamá.—Dije viendo como nos íbamos acercando al insti.

—Es que era un amargado, en las reuniones parecía que odiaba su vida.—Suspiró mientras buscaba un sitio para aparcar.—Siempre quería que se terminará ya y no seguir hablando con el.

—Casi todos los padres dicen lo mismo que tú.—Vi un sitio libre y rápidamente lo señale.—Ahí.

—Gracias.—Mi madre fue hasta el sitio que señale y aparcó en el.—Bueno hija, pues que pases un buen día y ya en casa me cuentas que tal con esa profesora, besos.

Teacher's pet | KiviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora