segunda parte del primer capítulo

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-¿Qué?

-¡El culo adentro! ¡Ya!

La chica obedece a su amiga. Encoge el estómago, el trasero para dentro... Hasta contiene la respiración todo lo que puede. Sin embargo, por más que entre las dos inten­ tan que el botón del vaquero ceda, aquello se convierte en una misión imposible. No cierra.

Elísabet, desfallecida, ceja en su intento y se sienta en la cama resoplando. Mira a Valeria, que no parece muy con­ tenta.

-Estoy gorda -indica ésta, apenada, mientras gesticu­ la con las manos.

-No estás gorda. No seas tonta.

-O yo estoy gorda o tú has adelgazado mucho. Antes cabíamos en la misma ropa. -¿Antes? ¡Hace mucho de eso! -¡Da lo mismo! ¡El caso es que la treinta y seis no es mi talla!

-Ya me he dado cuenta, ya.

Valeria suspira y entra en el cuarto de baño dando zan­ cadas. Se sienta sobre la tapa del váter y se quita el vaquero que le ha prestado Eli. Lo dobla, quejosa, y lo deja a un lado observándolo con tristeza. ¡El pantalón de Stradivarius es tan bonito! No ha sido una buena idea probarse la ropa de su amiga. Cuando le propuso que fuera a su casa y se cambiara allí antes de salir de marcha, para luego irse las dos juntas, debió negarse. ¡Ha echado caderas! ¡Y su culo no es el que tenía con quince años! Vale, sólo tiene dieci­ séis, pero el 13 de febrero, dentro de tres meses, cumplirá los diecisiete. ¡Ha engordado demasiado! La culpa es de los brackets que ha llevado durante el último año. ¡Estúpido aparato dental! Si los helados y esos pasteles tan blanditos no hubieran sido tan fáciles de comer...

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⏰ Última actualización: Jul 15, 2015 ⏰

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