Una little inusual [T2]

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✿   𝑜𝑚𝑛𝑖𝑠𝑐𝑖𝑒𝑛𝑡𝑒    ✿

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Paola sentía las suaves caricias que sus papis le daban en la espalda para despertarla. Ahora amaba los fines de semana, pues se levantaba lo más tarde que podia, además de que tenía a sus papis solo para ella sola.

El día de ayer Felipe tuvo la idea de tener una pequeña salida familiar al centro comercial. Y llevar a su pequeña a la peluquería ya que su cabello había crecido y creía que era hora de cortarlo. Además de que podrían festejar el cumpleaños de Daniel, pero ahora en familia.

Paola estaba más que feliz de pasar el día pegada a sus papis. Despertar hasta tarde y recibir toda la atención que en la semana no pudo tener.

Se había despertado temprano pues quería estar con sus papis. Y estos no tuvieron problema de llevarla a su cama para poder dormir juntitos un par de horitas más.

— ¿Pero dónde estará mi bebé? —habían despertado hace poco y ahora se encontraban jugando los 3 en la cama. — ¿Daniel que le hiciste a mi princesa? Desapareció. —Felipe fingía buscarla por toda la cama cuando era obvio que se encontraba debajo de las cobijas y sabanas.

— ¿De que hablas amor? Estaba aquí hace dos segundos. —Daniel le siguió el juego fingiendo ayudar a buscar a su pequeña.

—Espera, aquí hay un pequeño bultito, ¿será que esta por aquí? —No pudo evitar soltar una carcajada divertida al ver los pequeños piecitos de su bebé que sobresalían de las mantas entrar rápidamente a ellas "desapareciendo" por completo, solo dejando escapar pequeñas risitas. — ¿Pero donde se metió esta niña traviesa? —Le hizo señas a Felipe para que atacaran ambos una vez descubrieran a su pequeña escapista. — ¡Aqui esta! —grito una vez quitadas las mantas dando un ataque conjunto de cosquillas y besitos.

La risita de la bebé resonaba por toda la habitación, era evidente el buen humor con el que había despertado Paola. Pues después del ataque de besos y cosquillas siguió jugando con sus papis a "donde esta bebé" con las mismas mantas.

La comida fue igual de divertida, Pao había acabado llena de avena y ni se diga el babero, pues de puro milagro no tenía comida en el cabello. Aun así Felipe tomó una foto de su bebita desastrosa decidiendo llevarla arriba para bañarse y alistar todo para el dia.

El ambiente era alegre y ligero. Paola continuo jugando, incluso trato de escapar de su papi una vez fue dejada en la cama. No sabían de donde había aprendido a bajar de ella pero sin dudas eso no les gustaba, aun así le siguieron el juego persiguiendola un poco hasta atraparla.

Su encantadora risita resonaba por toda la habitación haciendo que sus papis se encontrarán de un increíble humor, pues les era contagiado por el de su niña.

Felipe salió con su bollito envuelto en una toalla listo para cambiarla.

— Parece que tomaste un baño junto con Pao. —Daniel se burló al ver a su novio completamente mojado.

— Sin dudas esta feliz, no dejaba de salpicar y no tuve corazón para regañarla o decirle que parara. — dijo acostando a su pequeño taquito envuelto sobre la cama.

— Lo se, hasta abajo se escuchaba lo mucho que se divertían. —Rió sentándose a un lado de su pequeña apretando sus regordetas y rosaditas mejillas. —Yo me encargó de ella, tu vete a bañar o si no te enfermeras. —sonrió al escuchar los balbuceos de su pequeña.