un matrimonio forzado

_Capítulo 3: La decisión_

Aurora se sintió un poco más fuerte después de hablar con su madre. Sabía que tenía que tomar una decisión, y pronto. No podía seguir viviendo en la incertidumbre, sin saber qué hacer con su vida. La luna llena iluminaba el jardín, y las sombras de los árboles parecían danzar a su alrededor.

Decidió salir a caminar por el jardín, para despejar su mente. El aire fresco le golpeó el rostro, y el sonido de los grillos le recordó la tranquilidad que tanto anhelaba. Aurora se sintió como si estuviera en un sueño, como si nada de lo que estaba sucediendo fuera real.

De repente, escuchó un ruido detrás de ella. Se volvió y vio a Juliano, el hombre con quien se suponía que debía casarse. Estaba de pie, mirándola con una expresión seria. Su cabello oscuro brillaba bajo la luz de la luna, y sus ojos parecían buscar algo en ella.

"Aurora, necesito hablar contigo", dijo Juliano, acercándose a ella. Su voz era suave, pero firme.

Aurora se sintió nerviosa, pero trató de mantener la calma. "¿Qué pasa, Juliano?", preguntó, intentando sonar indiferente.

Juliano se detuvo frente a ella y la miró a los ojos. "Aurora, sé que no te gusto", dijo, con una sinceridad que la sorprendió. "Sé que no quieres casarte conmigo. Pero te pido que me des una oportunidad. Puedo hacer que seas feliz, si me lo permites".

Aurora se sintió conmovida por las palabras de Juliano. Nunca lo había visto tan vulnerable, tan sincero. Pero todavía no estaba segura de qué hacer. ¿Debía creerle? ¿Debía darle una oportunidad?

"Juliano, necesito tiempo para pensar", dijo finalmente, intentando ganar tiempo. "No puedo tomar una decisión ahora mismo".

Juliano asintió y se dio la vuelta para irse. "Entiendo", dijo. "Pero por favor, no te demores demasiado. Mi familia está esperando una respuesta".

Aurora lo vio irse y se sintió más confundida que nunca. ¿Qué debía hacer? ¿Debía seguir su corazón o cumplir con su obligación? La luna llena parecía mirarla, como si esperara su respuesta.