||DESTINO APOSTADO|| VKOOK||✓

NUEVOS DESAFÍOS

El "Palacio de las Estrellas" brillaba con una intensidad que parecía desafiar la oscuridad de la noche. Jungkook estaba sentado en la suite que ahora era su hogar, observando las luces de la ciudad desde la ventana. El lujo del lugar no podía distraerlo de la abrumadora realidad de su nueva vida. Mientras el reloj avanzaba lentamente, cada tictac parecía marcar el ritmo de sus pensamientos inquietos.

A la mañana siguiente, Taehyung se presentó en la suite. Su presencia era imponente, y sus movimientos eran rápidos y decididos. Llevaba un traje impecable, y su expresión no dejaba lugar a dudas sobre quién estaba a cargo.

—Hoy empezarás a familiarizarte con tu nuevo entorno —anunció Taehyung con tono autoritario—. Te mostraré el casino y te explicaré las reglas que deberás seguir.

Jungkook se levantó de la cama, su corazón latiendo con fuerza. Aunque sabía que su vida había cambiado drásticamente, aún no podía evitar sentirse intimidado por la presencia dominante de Taehyung.

—Sí, señor —respondió Jungkook, tratando de mantener la calma.

Taehyung lo condujo a través de las opulentas instalaciones del casino. Cada rincón estaba diseñado para impresionar y mantener a los clientes en un estado constante de fascinación. Las luces brillaban, los sonidos de las máquinas tragamonedas y el murmullo de las conversaciones creaban una atmósfera vibrante.

—Este es el corazón del negocio —dijo Taehyung mientras recorrían el área de juegos—. Aquí, todo gira en torno a las apuestas y el control. Tú, Jungkook, tendrás un papel en esto, aunque no estarás directamente involucrado en las operaciones.

Jungkook escuchó atentamente, absorbiendo cada palabra. Taehyung continuó explicando las reglas básicas que debía seguir, desde la etiqueta y la discreción hasta la forma de interactuar con el personal y los clientes. La estructura del casino era complicada, y aunque Jungkook trataba de asimilarlo todo, la magnitud del cambio era abrumadora.

Al final del recorrido, Taehyung lo llevó de regreso a la suite y le entregó un conjunto de documentos.

—Estos son los contratos y documentos necesarios para formalizar tu nuevo estatus —explicó Taehyung—. Lee cada uno cuidadosamente. Estos documentos no solo definen tu posición aquí, sino también las expectativas que tengo contigo.

Jungkook asintió, tomando los documentos con manos temblorosas. Mientras los revisaba, se dio cuenta de que su vida estaba ahora marcada por un conjunto de reglas y expectativas que no había anticipado.

Taehyung, observando su reacción, se acercó y le dijo:

—Es importante que comprendas que aquí el poder y la sumisión van de la mano. Aunque tu rol es más pasivo, tu actitud y comportamiento serán evaluados constantemente.

Jungkook levantó la vista, encontrando en los ojos de Taehyung una mezcla de desafío y autoridad. No había lugar para errores en esta nueva vida, y el peso de la responsabilidad estaba comenzando a sentirse más real.

—Haré mi mejor esfuerzo —dijo Jungkook con determinación, aunque su voz traicionaba una ligera inquietud.

Taehyung asintió con una sonrisa calculada.

—Eso es todo lo que puedo pedir. Ahora, prepárate para lo que viene. La adaptación a esta nueva vida será un desafío, pero estoy seguro de que encontrarás tu camino.

Con esas palabras, Taehyung se despidió, dejándolo solo en la suite. Jungkook se sumergió en la lectura de los documentos, cada palabra reafirmando el cambio que su vida había experimentado.

Esa noche, mientras el brillo de las luces de Seúl seguía deslumbrante desde la ventana, Jungkook se preguntaba cómo sería su vida junto a Taehyung. Las reglas, el control y la sumisión eran conceptos que debía aceptar y enfrentar. La nueva etapa de su vida estaba apenas comenzando, y con cada paso, se adentraba más en un mundo donde el destino y el poder se entrelazaban en una compleja danza.

A medida que el sueño lo vencía, Jungkook se prometió a sí mismo que, sin importar cuán difícil fuera, encontraría una manera de adaptarse y, quizás, hasta prosperar en este nuevo entorno. El viaje había comenzado, y no había vuelta atrás.