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Era una cálida mañana en el tranquilo reino.
Los pájaros cantaban con armonía, y los habitantes se notaban muy alegres. El motivo era porque los amados reyes habían sido bendecidos con en nacimiento de una hermosa y sana pequeña.
——Mi amada esposa. ¿Todo bien? —— preguntó el rey al ver a su esposa nerviosa.
——Mi amado. Hoy es la celebración por el nacimiento de nuestra hija, y aún no le hemos dado un nombre. Y ya todos los invitados han llegado...
——Querida... Mira a nuestra hija, ¿no se parece a tu querida tía?
—-Mi tía Talia... Si... Se parece.
——Entonces, ¿Que te parece Talia?

La reina asintió tranquilamente, ya tenían nombre para su bebita.
La celebración se dió a cabo en los bellos jardines del castillo. Sonaba una suave melodía de arpa mientras se acercaban las hadas para darles dones a la bebé.
——Querida princesa. Mi don para ti, es que crecerás con gracia y belleza —— dijo una da las hadas con una sonrisa dulce.
——Mi amada princesita, mi don para ti, es que serás inteligente y justa.
Otra hada se acercó.
——Princesa, mi don para ti, será el que podrás ver bondad en todos los corazones.

Todos los presentes estaban sonriendo. Otra hada iba a hablar, pero de pronto, un frío viento acompañado del sol nublado y nubes oscuras, apareció el hechicero qué todos temían; Atsushi.
El hechicero era acompañado por criaturas espantosas. Se quitó la capucha, revelando su frío pero atractivo rostro a los presentes.
——Vaya, vaya... Hacen una celebración... ¿Y ni siquiera son capaces de mandar invitación? —— preguntó con un tono de voz sarcástico y seductor, haciendo que más de una invitada se sintiera atraída por el hechicero.

Los reyes se pusieron de pie.
——Sabes muy bien porque no fuiste invitado. Prácticas artes oscuras... Traes plagas... Por eso —— dijo el rey.
——Ohhh, me hablas cómo si no me conocieras... Es verdad que me brindaste tu mano cuando mi familia fué cruelmente asesinada. Pero encontré refugio en las artes oscuras...Aún así... Ni por nuestra amistad. Me invitaste a la celebración del nacimiento de tu vástago.

Atsushi se iba acercando a la cuna de Talia, lo iban a detener, pero con sus poderes, los paralizó. Miró a la pequeña bebé que lo miraba confundida, intentando alcanzarlo con sus manitas.
——Princesa Talia... Al cumplir los 16 años... Te pincharas el dedo con la aguja de una rueca. Caerás en un profundo y tranquilo sueño. Dormirás bien. Y sólo serás despertada con el beso de amor verdadero...—— luego de decir aquello, se alejó de la cuna. Se marchó con sus secuases. Todo volvió a la normalidad.

Los reyes fueron rápidamente dónde su bebita y lloraron amargamente.
——Quemen todas las ruecas y agujas... —— ordenó el rey. Tratando de evitar el cruel destino que le habían dado a su primogénita.
Todas las ruecas fueron quemadas, todos se aseguraron de que no hubiera rastro de agujas en el reino.
A medida que los años pasaron, la princesa creció, siempre sabiendo de lo que podía pasar si se pinchaba el dedo.

Talia se volvió muy inteligente, dulce, y muy amable.
Sus padres obviamente estaban muy orgullosos de ella. Era obvio que sería una muy buena reina. Ya que los habitantes del reino también la querían mucho. Ya que a Talia le gustaba convivir.
Y cómo era de esperarse... Atsushi la vigilaba atraves de un espejo mágico.
——Mocosa malcriada —— Murmuró molesto.
Él no siempre había tenido el corazón lleno de maldad... Hubo un tiempo, en que era un hechicero de buen corazón al que todos los reinos querían.

Incluso se enamoró de una joven ninfa, con la cuál se casaron y tuvieron bellos hijos. Pero una horrible noche... Mientras Atsushi se encontraba de viaje en un reino lejano, unos malvados brujos, asesinaron a la familia de Atsushi. Al enterarse, gritó de dolor y pena. Su corazón se llenó de odio, con el dolor que sentía asesinó a los que habían matado a su familia.

Y desde ese momento, nunca volvió a ser el mismo. Se fué a vivir a un castillo abandonado a mitad del bosque oscuro, lugar que ni siquiera los animales se atrevían a acercarse.
Atsushi estaba perdido en sus pensamientos, cuando un secuaz suyo lo llamó.
——¿Que quieres? —— preguntó notablemente irritado.
——Amo...la princesa Talia ya esta por cumplir los 16 años... Y ya no hay ruecas en el reino... ¿Cómo se cumplirá el destino de la joven?

Atsushi se puso de pie.
——¿Crees que no he pensado en nada? Criatura tonta. Ya tengo un as bajo la manga. Dentro de unos días... Talia caerá en un sueño profundo.
Aquel sirviente quería preguntar cómo, pero prefirió no preguntar para no hacer enojar más a Atsushi. Mientras tanto, Atsushi miraba por su espejo mágico a la princesa, sonriendo y siendo feliz.
——Disfruta mientras puedas, princesa... Pronto... Muy pronto estarás dormida...
Dijo mientras se reía macabramente.



Espero que este primer capítulo haya sido de su agrado. ^^

𝑰𝒏 𝒎𝒚 𝑫𝒓𝒆𝒂𝒎𝒔 § 𝑨𝒕𝒔𝒖𝒔𝒉𝒊 𝑺𝒂𝒌𝒖𝒓𝒂𝒊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora