IV

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Talia despertó, se sentía diferente. Miró a su alrededor y recordó todo; el mismo hombre que la había maldecido la había despertado. Ni siquiera había podido estar con sus padres.
Los extrañaba demasiado. Por suerte, la señora Clarise llegó.
——¿Cómo durmió, majestad?
——Bien. Aún así, me siento triste. Extraño demasiado a mis padres.
La mujer troll la miró cariñosamente y se sentó a su lado.
——Sé que puede ser difícil... Cuando yo era joven... Mis padres me casaron con un ogro con muy mal carácter. Apenas podíamos tener una conversación sin que él se alterara.
——¿Y que fué lo que pasó? —— preguntó Talia con demasiada curiosidad.

La señora Clarise le sonrió dulcemente.
——Bueno, un día él llegó bastante herido de una cacería. Me quedé cuidándolo hasta que se recuperó. Los días siguientes nos hicimos bastante unidos. Con el tiempo nos enamoramos genuinamente. Y aún seguimos juntos, incluso tenemos muchos hijos. Así que no te preocupes, mi niña, el tiempo será el que decida tu destino.
Con esas palabras, Talia fué a desayunar. Atsushi la estaba esperando.

Ninguno de los dos dijo o hizo algo. La señora Clarise hizo sonar su garganta. Por lo que Atsushi se levantó de su asiento y corrió una silla. Talia se sentó y Atsushi acomodó la silla y volvió a sentarse.
——¿Dormiste bien, Talia?
——Si.
Era obvio que no había dormido para nada bien. Pero prefirió llevar la fiesta en paz y desayunar con calma.
Desayunaron en silencio, ninguno de los dos dijo absolutamente nada. Era obvio que la joven aún seguía demasiado triste por haber sido separada de sus padres.

Luego de desayunar, Talia recorrió la fortaleza.
Le parecía bastante espeluznante el lugar.
Por lo que mejor decidió ir a su habitación hasta que fuera la hora de almorzar.
Ya ahí, encontró un bello vestido rosado sobre su cama. Tocó el vestido, era muy suave.
No encontró ninguna nota en el vestido, por lo que asumió qué la señora Clarise se lo había dejado para que lo usara en la cena.

El día pasó con tranquilidad. Y al igual que el desayuno, Atsushi y Talia no cruzaron palabra alguna. La tensión entre ambos era notable. Talia estaba segura que tanto silencio la iba a enloquecer.
Después de almorzar, Talia dió un pequeño paseo por los alrededores de la fortaleza.
Una niebla cubría un poco el lugar, dándole una apariencia algo aterradora.
Pero no era ninguna cobarde. Por lo que siguió caminando hasta llegar a lo que parecía un jardín abandonado.

Habían demasiadas plantas. Ahí descubrió la estatua de una bella mujer rodeada de niños pequeños. La expresión de la estatua era pacífica y maternal qué la hizo sentir en casa.
Talia acercó su mano para tocar la estatua.
——¡No toques eso! —— gritó Atsushi notablemente enojado. ——Lo puedes romper...
La expresión de Atsushi era fría, incluso más fría que el aire que los rodeaba.
——N-no quería romper nada... —— dijo Talia notablemente asustada por la fría expresión de Atsushi.

Atsushi se acercó a ella y la agarró del brazo de manera brusca.
——¡Suéltame, me lastimas! —— dijo la joven. Cuando estuvieron lo suficientemente lejos del pequeño jardín, Atsushi la soltó.
——Te prohíbo estrictamente que te vuelvas a acercar a ese lugar. Lo digo enserio, Talia. Puedes ir a dónde quieras, menos a ese lugar. ¿A quedado claro?
——Si...
——Bien. Ahora entra.
Talia no tuvo más opción que obedecer las ordenes de Atsushi, ya que prácticamente él ya la había tomado cómo su esposa. Y sabía que tenía que obedecerlo.

Cuando llegó la hora de la cena, el ambiente era mucho más tenso que antes.
A pesar de que había una chimenea, Talia seguía encontrando el lugar demasiado frío.
——Buenas noches —— dijo Atsushi de repente, sacándola de sus pensamientos.
——Buenas noches... —— respondió lo más tranquila que pudo.
Ya en su habitación, se sentó sobre su cama.
Suspiró. En eso, recordó la conversación que tuvo con su madre hace demasiado tiempo atrás mientras le cepillaba el cabello.

Recordaba muy bien ese momento.
——Madre... ¿Qué hay que hacer cuando una se casa?
——Bueno... Vaya pregunta, jovencita.
——Ya tengo quince años.
——Si, por eso es correcto que te lo diga... Bueno... Cuando una pareja se casa... Pasan la noche juntos...
——¿Cómo las pijamas que tengo con mis primas?
——No exactamente... Bueno, tanto el hombre cómo la mujer están desnudos...
——¡¿Desnudos?! ¡Que vergüenza!
——Bueno, se supone que ese es un momento de total confianza.

Talia recordó cómo siguió esa conversación.
Sabía que ese tema igual era difícil de hablar.
Además. No se sentía tan lista para poder estar físicamente con alguien. Pero pensó enseguida en Atsushi. En su rostro, en sus manos y en sus labios.
Sintió cómo sus mejillas se sonrojaron con sólo pensarlo. Sacudió su cabeza, no podía pensar en esas cosas. Menos con él.
Se todos modos... No era malo tener ese tipo de pensamientos, era joven... Pero aún así, no lo sentía correcto y se reprendia a si misma por aquello.

𝑰𝒏 𝒎𝒚 𝑫𝒓𝒆𝒂𝒎𝒔 § 𝑨𝒕𝒔𝒖𝒔𝒉𝒊 𝑺𝒂𝒌𝒖𝒓𝒂𝒊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora