CRUDA REALIDAD

Capítulo 2: Encuentro en la celda no. 7

[NARRA IRIS]

Cierro la puerta de golpe al entrar al baño. Siento como que la respiración me va a fallar en cualquier momento. Un dolor de cabeza punzante me nubla la vista pero pongo mi mayor esfuerzo para concentrarme. Siento que me tiemblan las manos y aunque sé perfectamente lo que está pasando no hay lugar en el mundo en el que pueda esconderme.

«Iris...», dice una de las voces en un susurro.

Trato de respirar profundamente pero el miedo me invade por completo y se alcanza a escuchar mi respiración entrecortada.

«Iris...», dice la voz con más fuerza pero decido ignorarla nuevamente. Pienso en que si logro controlarme a mí misma, tal vez, exista la posibilidad de que la controle a ella, por más mínima que sea.

«¡Iris!», grita repentinamente y se acerca a mí rápidamente.

Cierro los ojos y caigo al piso esperando recibir el daño físico. Mi cuerpo tiembla por completo y lo único que hago es tapar mis oídos tan fuerte que siento que los voy a perforar. Después de unos segundos abro los ojos y levanto la vista pero ella ya no está, ha desaparecido.

Escucho a alguien tocar la puerta del baño pero me quedo callada y me quedo en el piso unos minutos más. Solo quiero estar sola por un momento, necesito descansar un poco después de este incidente en el baño. Miro al techo mientras las lágrimas recorren mi rostro. No logro entender cómo es posible que después de cuatro años sigan ocurriendo este tipo de incidentes. Desearía que mis poderes nunca se hubieran activado.
Aún recuerdo la primera vez que comencé a escuchar las voces. Creí haber enloquecido. Comenzaron como susurros que se convirtieron en gritos constantes.
Las voces se escuchaban constantemente y me alertaban de peligros inminentes, posibles y por existir. Cualquier otro miembro del escuadrón piensa que es fácil lidiar con estas habilidades pero no lo es. No es fácil vivir con un miedo constante. Sabiendo que en cualquier momento las voces van a regresar.
Las voces las escucho no solamente cuando estoy sola. Muchas veces puedo ver a una persona y aunque pareciera de lo más normal puedo escuchar sus pensamientos, sus intenciones y sus deseos más ocultos.

Una vez que volví a la normalidad salí del baño tratando de fingir que nada había ocurrido y a pesar de eso podía escuchar los pensamientos de las personas a mi al rededor.

Voy de regreso a mi celda cuando paso por la celda número 7 y veo a Cronos sentado en su cama. Me lleno de valor y me acerco para hablar con él.

—Cronos— menciono tímidamente — necesito hablar contigo.

—¿Qué ocurre? — responde un poco preocupado.

—He tratado de hablar contigo desde hace tiempo y por fin te encuentro a solas. He pensado mucho en lo que me dijiste del Dr. Vax y creo que tienes razón. Tenemos que huir de aquí. Necesito que me digas el plan de escape.

—Ya te lo dije, necesitas ganarte mi confianza primero.

—Cronos... —menciono seguido de un suspiro — si yo fuera a traicionarte ya lo hubiera hecho desde hace mucho tiempo. Sé porque todos en el cuartel te llaman Cronos. Sé sobre tus viajes en el tiempo y también sé que cuando te desapareces por un tiempo es porque estás en el pasado.

—¿Cómo rayos es que sabes todo esto?— pregunta Cronos confundido.

—Porque también puedo leer la mente de las personas con poderes.

—Está bien —menciona un poco dudoso tratando de ocultar su cara de sorpresa ante mis palabras —te diré el plan, pero primero debes hacer algo por mí. Debes ayudarme a reclutar a Mirror.

—¡¿Estas loco?! —¿Acaso quieres que me maten?

—La necesitamos. Es la única forma.

Estaba a punto de responderle a Cronos cuando repentinamente se abren las puertas de la celda y para sorpresa mía es uno de los soldados rojos del Dr. Vax.

—¡La encontré! — grita mientras gira su cabeza en torno a los demás guardias de la unidad.

De pronto veo a dos guardias más entrar a la celda y por más que quisiera evitarlo me toman de ambos brazos mientras me sacan por la fuerza de la habitación.

—¿Qué está pasando? —pregunta Cronos —¿A dónde se la llevan?

—El Dr. Vax necesita de su presencia — no te metas en esto o nos veremos obligados a encerrarte en la celda.

—¡NOOO! ¡Ayuda! ¡No dejes que me lleven!— grito con fuerza pero es en vano, los guardias me sacan de la celda y me llevan al laboratorio del Dr. Vax