Megan (2)

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Respiraba agitadamente, era una señal de la ansiedad que para ese momento se me había hecho imposible controlar, ni mucho menos ocultar. Jim me miraba con una sonrisa que me daba algo de confianza, pero los dos sabíamos que la cena sería un desastre. Nos paramos el uno frente al otro y sonreímos al mismo tiempo, era nuestra forma de aceptar el destino cruel que nos esperaba impaciente. Luego empezamos a cantar como dos soldados que se dirigen a ser fusilados.

- ¡Se rumora por ahí! -empecé yo cantando como en el ejército.

- ¡Se rumora por ahí! —Jim me seguía la corriente cantando.

— ¡Que el fin del mundo ya está aquí!

— ¡Que el fin del mundo ya está aquí!

— ¡Mi hermana y Han se mataran!

— ¡Mi hermana y Han se mataran! — a pesar de que era raro escuchar a Jim llamarla Han, continué.

- ¡Aquí la guerra va a empezar!

- ¡Aquí la guerra va a empezar!

Salimos de mi habitación y nos dirigimos a la cocina donde Megan estaba terminando de preparar todo para la cena, hacía mucho que no la veía en plan ama de casa, supongo que algo bueno tenía que salir de este enredo que todavía no había comenzado. Me dio los platos con la orden de "pon la mesa" y a Jimin le entregó los cubiertos con la misma orden, y como somos tan obedientes así lo hicimos. Cuando estábamos poniendo la mesa se filtraba el olor a macarrones con queso que había preparado mi hermana. Era cierto, los hacía exquisitos. Nos miró de arriba a abajo como si no pudiera creer que estuviéramos poniendo la mesa, Jimin fue el primero en notarlo.

-¿Qué? -preguntó un poco desconcertado.

—Nada, sólo que nunca fueron los más tranquilos ni obedientes del mundo. ¿Por qué si me hacen caso ahora?

—Porque mi novia viene y la verdad no quiero quedarme viuda antes de tiempo —dije yo.

Megan se soltó a reír con esa risita perversa que sólo me dice que le atiné a lo que ella tenía en mente.

—Bueno, si te sirve de consuelo -dijo viéndome—.
No la mataré sino hasta después de la cena.

En ese momento sonó el timbre, a Jim y a mí se nos erizó la piel de la espalda al saber que ya había llegado el momento de lo inevitable, la tercera guerra mundial y Jimin y yo a mitad de fuego abierto.

—Yo abro -dijo Meg mientras caminaba hacia la puerta, yo mire a Jimin.

- ¿Listo? -pregunté.

-No. ¿Y tú?

—Tampoco, pero ¿qué se puede hacer?

En ese momento se escuchó como se abría la puerta principal y mi hermana saludaba a Han con su tan típica hipocresía. Hanni entró y yo me dirigí a ella para abrazarla y darle un beso. Luego Megan anunció que la cena ya estaba lista y todos nos sentamos en el comedor. Al principio la cena empezó como si se tratara de una familia feliz que estaba celebrando el logro de alguno de sus integrantes.

— ¿A qué te dedicas, Hanni? — le preguntó mi hermana a Hanni.

—Estudio Bellas Artes.

—Ah, qué bien, al menos ya sé que no eres una buena para nada como Lily.

—Megan -dije yo regañándola, dándole a entender que no se pasara con Hanni, después de todo ella y Lily nunca se llevaron bien.

-En fin, tengo entendido que vives con tus tíos.

—Sí —respondió mi novia.

—Ya veo. ¿Y por qué vives con ellos y no con tus padres? -Megan estaba más insistente que de costumbre, eso es raro.

Recuperarte - bbangsazDonde viven las historias. Descúbrelo ahora