Ꮺ ָ࣪ nos atraemos 𓂃

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Un largo rato pasó y la media noche se hizo presente, Jeno permanecía dormido; se adormeció casi de inmediato al sentir la mano de Jaemin entre la suya y podía seguir así por mucho rato, pero el omega ya no tenía tiempo para acompañarlo, así que decidió que era tiempo de irse. Jeno no tenía intenciones de soltarlo, su mejor idea fue tratar de liberarse a sí mismo con lentitud. Desenlazó sus dedos de los del alfa con lentitud y deslizó su palma lejos de la más grande, le faltaban unos cuantos centímetros de su muñeca y miró al rostro pacifico de Jeno; su corazón latió muy rápido ante la idea de dejarlo ahí solito.

Desde que comenzó sus prácticas le ha resultado muy dolorosa la idea de dejar a sus pacientes sin compañía y con Jeno eso aumentaba debido al cariño particular que siente por su historia... Ahora es aún peor; verlo despierto y haber recibido su ayuda le complicaban mucho la situación, pero sabe que no puede hacer más de lo que su empleo le dicta, es su enfermero y Jeno su paciente.

–Tengo que irme. – Susurró para sí mismo, no quería despertar al chico, siguió retirando su mano concentrándose en ella, pero de pronto los dedos ajenos se cerraron de nuevo entre los suyos, entrelazándolos. Un jalón lo hizo caer sobre la cama, Jeno lo había tirado a la cama para rodearlo con los brazos y enterrar el rostro en su cuello. Lo hubiese olfateado con total confianza si la mascarilla de oxígeno no se interpusiera en su camino; fue tan fácil como retirarla para poder llenarse de la vainilla y café que tanto alteraban su interior

–Tengo que irme y ponte eso que no puedes estar sin ella. – Jaemin lo regañó, separándose sin muchas ganas del abrazo; estar acostado se sentía bien luego de un largo día de trabajo... Por supuesto era eso y no que le agradaba el cosquilleo de su estómago por las caricias de Lee.

–[No puedes irte.] – Habló ronco y lento sin soltarlo, sus ojos se veían más oscuros pero tan brillantes, protectores. –[Es de noche, pue-puede ser peligroso.] – Respiró lento, su aliento chocó contra el cuello del menor haciendo que su piel se erice. Deslizó su nariz de nuevo por la piel aterciopelada, soltando su aroma, como tratando de hacerle ver la preocupación que lo embargaba. Sus manos bailaron en la espalda del omega con lentitud, rodeándolo y protegiéndolo.

Jeno sabía que probablemente estaba siendo invasivo y tan grosero al tocarlo de aquellas formas pero no podía controlar sus acciones, su interior estaba en llamas al pensar en Jaemin saliendo a la oscuridad de la intemperie; solo y desprotegido de alfas infelices como el estúpido del que lo cuidó hace un rato. El simple hecho de recordar a ese infeliz le comprueba que Jaemin no está seguro en ninguna parte.

Jeno no se da cuenta, pero no está siendo el más racional para ese momento, o tal vez sí lo nota, pero Jaemin le dijo que tenía que liberar sus instintos; solo está haciendo lo que su enfermero le indicó, su lado humano no está preocupado ni nada.

–Des-descuida... – Tartamudeó un poco ante las caricias que el más grande dejaba en su espalda, se sentía demasiado bien, en paz y como si no necesitara otra cosa más que eso. –Mi padre viene por mí.

–[Algo puede pasarte, por favor, no te vayas.] – Frotaba su mejilla sobre la fuente de olor del omega, marcándolo con su aroma, estaba algo débil, pero sus movimientos se veían necesitados.

–Jeno, no hagas eso... – Reprendió, pero sin moverse del sitio, sus sentidos se nublaron tanto por el delicioso aroma que se estaba impregnando en su ser que olvido que sus padres lo notarían. Tiene justificación, trabaja con muchos alfas y es normal que sus prendas tal vez se llenen de aromas ajenos o tal vez podía contarles a sus padres sobre Jeno y su extraña situación con él. Decidió esperar al fin de semana y hablarlo tranquilamente; no quiere lidiar con todo eso por el momento

–No va a pasarme nada, mañana entraré por esa puerta para fastidiarte con mi voz por otras ocho horas. – Salió de su ensoñación, tenía que hacerlo, se puso de pie alejándose del calor de Jeno; le costó demasiado esfuerzo porque éste simplemente no lo soltaba. Siguió forzándose hasta que escuchó un gruñido del alfa y alzo las cejas incrédulo.            

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⏰ Última actualización: Jul 30 ⏰

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