_Que rico hueles_
Mi cuerpo encima del suyo obstruyendo a que se escapé, la verdad ni siquiera podría salir ya que le puse cadenas a sus muñecas.
Me di cuenta que le gusta lo masoquista, así que por eso estamos en esta situación, quien mejor yo que hacerlo sufrir por tanto tormento que aguante. Tenerlo bajo mío así de sumiso era una locura para mí.
_¿Te gusta ser sumiso y que yo te haga lo que se me antoje?_
El solo asentía con su cabeza, verlo directo a los ojos me resulta fascinante.
_¿Déjame oler a que sabe la locura contigo?_
Yo me acerqué hasta rozar nuestros labios, luego me dirigí hasta su oído para lamer y bajar hasta su cuello.
Pude sentirlo succionar mi olor con su nariz, hace que me dé una electricidad por todo el cuerpo.
_Seras mío y de nadie más, mi querido luz de noche_