#3_______(FIN)

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~Mierda, qué apretada estás Ana~ solo le decía lo rico que se sentía estar dentro de ella, continuaron asta el amanecer, Bastian ya estaba cansado y sea costo asía arriba, pero Ana lo miro a los ojos y se subió encima de Bastian.

Bastian notó que los ojos de Ana avía tomado un color rojo sangre lo que quería decir que ella quería más.

Y el continuo dándole más nuevamente la puso en cuatro y la halo del cabello, esto parecía gustarle bastante a Ana así que él lo continuo haciéndolo más y más fuerte.

Entre gritos sudor y lágrimas de parte de la pequeña, vampiro se notaba el amor que sentían ambos ~si, así Ana~ decía Bastian mientras aumentaba el ritmo de sus embestidas, ~qué rico, más, más dame más Bastian~ continuo diciendo Ana con un poco de dificultad.
Antes de Bastian correrse la sostuvo del cabello y le dijo ~abre la boca~ ella solo obedeció y él introdujo su pene en la boca de Ana noto la garganta profunda que ella poseía.

~Qué rico me encanta, Ana escúpelo ~ Ana solo obedece, lo escupe y lo introduce nuevamente en su garganta, ~Ana me voy a correr~ Ana solo asiente con la cabeza~Ana ahí va otra vez quiero que la tomes toda y no dejes caer ni una sola gota ¿de acuerdo?~

Dejo claro Bastian mientras seguía sosteniéndole el cabello a Ana, Bastian se corrió en la boca de Ana y cómo era de esperar Ana no derramó ni una sola gota de semen.

~Me encanta el sabor de tu semen, espeso y dulce sin dudas mejor que la sangre, quiero beberlo por siempre y para siempre~ decía Ana aun lamiendo el pene de Bastian, Bastian calló rendido y Ana sea costo en su pecho, ambos completamente desnuda asta la mañana del siguiente día.

La noche siguiente, Ana y Bastián se encontraron de nuevo en el sofá, pero esta vez la atmósfera era diferente. Ana parecía nerviosa y agitada, y Bastián no podía entender por qué. De repente, Ana se levantó y se acercó a la ventana, y Bastián la siguió.

La luna estaba llena y la noche estaba llena de un silencio ominoso. Ana se detuvo frente a la ventana y se volvió hacia Bastián, su mirada llena de tristeza.

"Bastián, tengo que decirte algo", dijo Ana, su voz apenas audible. "No puedo quedarme contigo. Mi destino es otro, y no puedo cambiarlo".

Bastián se sintió como si hubiera recibido un golpe en el estómago. No podía creer lo que estaba escuchando. "¿Qué estás diciendo?", preguntó, su voz temblando.

Ana se acercó a él y lo abrazó. "Te amo, Bastián. Pero no puedo quedarme contigo. Debo irme".

Bastián se sintió como si estuviera perdiendo la razón. No podía entender por qué Ana tenía que irse. La abrazó con fuerza, intentando retenerla.

"Pero ¿por qué?", preguntó, su voz llena de lágrimas. "¿Por qué tienes que irte?"

Ana lo miró a los ojos, y Bastián vio la tristeza y la desesperación en su mirada.

"Porque mi destino es otro", repitió Ana. "Y no puedo cambiarlo".

En ese momento, Bastián se dio cuenta de que Ana no estaba sola. Había algo más en la habitación, algo que la estaba llamando. Bastián se volvió para ver qué era, y vio una figura oscura en la sombra.

La figura se acercó a ellos, y Bastián vio que era una figura femenina con ojos rojos. La mujer se acercó a Ana y la tomó de la mano.

"Es hora de irnos", dijo la mujer, su voz fría y sin emoción.

Ana se volvió hacia Bastián, y lo miró a los ojos por última vez.

"Adiós, Bastián", dijo. "Te amo".

Y con eso, Ana se desvaneció en la noche, junto con la figura femenina. Bastián se quedó solo en la habitación, sintiendo como si hubiera perdido una parte de sí mismo.

La noche siguiente, la policía encontró el cuerpo de Bastián en la habitación, con una nota en la mano que decía: "Me fui con ella. No podía vivir sin ella".

La casa de Greenwich Village se convirtió en un lugar vacío y silencioso, donde solo se escuchaba el eco de la memoria de Bastián y Ana. La luna seguía brillando en el cielo, pero ya no había nadie para verla.

Me niego amarte Donde viven las historias. Descúbrelo ahora