Sección 1: La Llama Interior

17 8 0
                                    

En lo profundo de mi ser,
una llama arde sin cesar,
un fuego silencioso,
que nunca deja de quemar.

Cada pensamiento es una chispa,
cada miedo, un combustible,
alimentando las llamas,
en un ciclo interminable.

El calor se siente en mi pecho,
una presión constante,
una fuerza invisible,
que nunca da tregua.

Mi corazón late desbocado,
como si intentara escapar,
de las llamas que lo envuelven,
de la presión que no puede soportar.

Cada latido es un tambor,
resonando con temor,
cada respiro, una lucha,
por encontrar algo de paz.

La mente arde con ideas,
que se enredan y consumen,
cada pensamiento, un incendio,
cada duda, un torbellino de llamas.

Busco refugio en el silencio,
pero el fuego nunca cesa,
una tormenta de pensamientos,
que nunca encuentra calma.

En medio de la tormenta,
busco una chispa de luz,
una esperanza en la oscuridad,
una llama que no destruye.

Aunque la ansiedad quema,
también revela verdades,
la fuerza en la vulnerabilidad,
la resiliencia en la lucha.

De las llamas surgen cenizas,
los restos de lo que fui,
cada miedo, cada dolor,
transformado en polvo gris.

Pero en esas cenizas encuentro,
la semilla de la renovación,
una oportunidad para crecer,
y dejar atrás la destrucción.

La ansiedad es una llama,
que puede consumir o iluminar,
es el fuego de la transformación,
el calor de un nuevo comienzo.

En cada batalla interna,
en cada lucha silenciosa,
encuentro la fuerza para seguir,
y la luz para renacer.

La llama interior de la ansiedad puede ser devastadora, pero también puede ser una fuente de iluminación y transformación. Al explorar y expresar está experiencias a través de la poesía, encontramos no solo una manera de comprender nuestra lucha, sino también una forma de descubrir nuestra fortaleza y resiliencia.

Reflejos del Silencio Donde viven las historias. Descúbrelo ahora