La casa Targaryen

001

Pasarón dos días y todo el mundo estaba en el salín del trono, debatiendo si Luke sería el próximo señor de las mareas, en un momento llega Aemond y se ve debatiendo internamente en donde estar

-Aemond-dijo Alicent llamándolo para que fuera con ella-

-Aemond-dijo su prometida al mismo tiempo que su madre tomando por sorpresa a todos el salón el cual vio como Aemond se acercaba a ella, la cual vestía en rojo y negro, mientras Alicent vestía de verde, lo que llamó la atención de todos fue ver a Aemond acercarse a los rojos, dejando de lado a los Verdes-

Su rostro y su expresión se mantenían neutrales, pero se notaba a leguas que había algo de tensión en él.

Cuando su madre y Laena llamaron su nombre a la vez, él soltó un suspiro y se volvió hacia ellas. Su expresión seguía neutral, pero su ojo lo delataba. Antes de caminar hacia ellas, volvió a ver a los invitados y notó las miradas y expresiones de sorpresa en sus rostros.

Aemond se posó en detrás de Laena con una mano en su cadera, dejando tanto a los Rojos como a los verdes sorprendidos, sin embargo Aemond y Laena simplemente tenían su explicación neutral

Viserys en el trono los vio a ambos y no pudo evitar sonreír. Las declaraciones iban bien, hasta que Viserys decretó que el próximo que osara dudar de la Legitimidad de Jace,Luke y Joffrey perdería la lengua, ese decreto hizo que el salón se callara. Hasta que el hermano de Corlys Velaryon gritó que era una ridiculez gritando frente al salón y sus invitados que ellos eran unos Bastardos, lo que generó la ira de Laena, tomando la espada de Daemon que estaba a su lado para cortar su rostro a la mitad en diagonal delante de todos, para luego dejar la punta de la espada en el suelo y hacer la misma pose que Daemon hacía con su espada

-Para el Próximo que decida Hablar sobre la Legitimidad de mis hermanos! Tendrá un destino igual o peor!-grito Laena hacia el salón el cual se quedó congelado al ver tal acto de la princesa-

Mientras el salón se volvió callado y todos los invitados miraban hacia el frente, Aemond permanecía con su rostro al frente, pero no podía evitar ver con el rabillo de ojo lo que hacía su futura esposa.

Y cuando vio lo que hacía, soltó un pequeño suspiro y pasó la mano por su rostro. No pudo evitar admirar su valentía y espíritu, pero a la vez estaba un poco sorprendido y preocupado.

Cuando ella habló, él se volvió a su lado y la miró, aún con su mano en su cadera.

[...]

Esa misma noche en la cena donde solo estaban Alicent con sus hijos, Otto, Rhaenyra con todos sus hijos, Daemon y sus dos hijas

Aemond cenaba en silencio en la cena con los otros invitados. Su expresión era aún neutral, aunque a veces echaba algunas miradas a su alrededor al resto de invitados.

Su vista se posó un momento en Rhaenyra y sus hijos, después, miró donde estaban su madre y hermanos. Sólo miró un momento para luego seguir comiendo en silencio.

Todo iba en paz en la cena, hasta que Viserys se retiró y Alicent no perdió la oportunidad de tirar comentarios sobre los bastardos de Rhaenyra

-Alicent!-la nombró Laena- si no montas un dragón, empuñas una espada o tienes sangre Valyria en tus venas no hables!

Aemond escuchó la voz de Laena y se volvió a mirarla. Su expresión se relajó cuando la vio defendiendo a Rhaenyra y sus bastardos. Su mirada se suavizó y la veía con una pizca de admiración. Pero cuando ella nombró a Alicent, volvió a endurecer el rostro.

-Oíste? Porque honestamente me da igual si eres la Reina Consorte o la Zorra consorte que es lo que más se asemeja a tu título, vuelve a hablar así de mis hermanos y te arrancaré la lengua con las manos-dijo Laena de manera amenazante-