Capítulo 2

9 0 0
                                    

Minho trabajaba en un negocio estable, era contador. Cuando estaba por escribir unos apuntes, la punta de su lápiz se rompió, por lo que se vio obligado a levantarse y sacarle punta.

Se asomó por la ventana, vio otro edificio y a muchos hombres trabajando, al lado de este había un cementerio con muchísimas tumbas; Minho se quedó inmóvil, escuchó la voz de su jefe que iba caminando y rápidamente se acercó a él.

-Señor, soy Lee Minho- Le extendió su mano, la cual no fue recibida, en cambio fue ignorada.

>>Si me permite señor, creo que tengo ideas y habilidades que van más allá de estar presionando una calculadora- Se puso a caminar al lado del hombre de bigote.

>>Si usted aplicara una idea innovadora sería algo beneficioso para la compañía- El hombre le entregó un papel, Minho lo observó.

-¡Caballeros!, ¿me permiten su atención?- Minho se quedó callado.

>>Retírense todos- Terminó de hablar el hombre.

-¿Bancarrota?, creí que la compañía tenía barcos- Se sorprendió el castaño.

-Sí, en el fondo del mar del sur de China; un tifón los hundió todos- El hombre se retiró, dejando a Minho parado. El castaño se dirigió de vuelta a su lugar, se sentó y empezó a empacar sus cosas.

Lo que su ex jefe no sabía es que Minho se había quedado con las propiedades de los barcos.

Minho entró a su hogar con maleta en mano, dejó su saco en su sillón y volteó a ver el techo, pues tenía una gotera más, las cuales ya caían en una cubeta; su esposo debió de haberla colocado

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Minho entró a su hogar con maleta en mano, dejó su saco en su sillón y volteó a ver el techo, pues tenía una gotera más, las cuales ya caían en una cubeta; su esposo debió de haberla colocado.

Salió por una ventana y subió las escaleras para la azotea, con su maletín en su mano. Se encontró a Felix y sus hijas jugando, al parecer Felix era un bravucón que perseguía a sus niñas, las cuales corrían por todos lados soltando risitas.

-Hola- Se acercó Minho a su marido.

-¡Oh! Me asustaste, llegas temprano- Sonrió el rubio, colgando las sábanas que acababa de lavar.

-Y hasta nuevo aviso- Minho le enseñó la hoja que demostraba su despido.

Felix la tomó y la leyó, Minho dejó sus cosas en el piso y ayudó a Felix a colgar las telas.

-Ese empleo no era digno de ti- Trató de aligerar el ambiente.

-Ni ningún otro empleo, al parecer- Respondió Minho, con un toque de decepción en su voz.

-Eso hace tan emocionante nuestra vida- Dijo el rubio, sonriendo levemente. Minho terminó de colgar las sábanas y se acercó a Felix.

-Felix, esta no es la vida que te prometí-

-Pero tengo todo lo que quiero-

-¿Y qué pasó con la magia?- Felix acarició la mejilla del castaño y lo hizo ver a sus hijas.

The Greatest Showman [MINLIX]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora