Viviendo mi cliché

De como conocí mi cretino sin camiseta y mi empollona sabia

Sin decir mucho más, despido con la mano y una sonrisa a mi dulce Jake y me giro sobre mis talones para emprender mi marcha. Contoneo mis caderas al ritmo de una canción que suena en mi cabeza mientras mis ojos buscan un sitio el cual poder explorar y descubrir.

Primero veo la cafetería pero decanto la idea al pensar que seguramente, solo al poner los pies allí, ya me caería un trozo de carne con salsa encima y se declararía una guerra de comida. Mis nariz se arruga con tal pensamiento y sigo mirando sitios los cuales poder ir. El segundo sitio es la piscina pero seguramente encontraría nadadores cañones y prefiero verlos mañana, bien vestida y arreglada. 

Finalmente encuentro el gimnasio del campus y los ojos se me iluminan. Allí no hay comida que lanzar o cuerpos limpios y perfumados que admirar, pero si cuerpos calientes y sudorosos y la mayoría serán unos cretinos con pocas neuronas, obviamente. Voy allí a toda prisa, chocando con un chico que va todo completamente de negro junto con un bote donde pone "Sangre". Ya pensaré en él más tarde, pero ahora entro corriendo al gimnasio y admiro los...banquillos vacíos.

Todo vacío, ni un cuerpo sudoroso ni rastro de colonia con desodorante ni restos de sangre por el suelo, un fiasco. Toco con curiosidad el metal de los objetos, admirando su brillantez.Un ruido en mi espalda me hace girar y veo que un chico se ha chocado con una de las pesas con el pie y la recoge, para después mirarme como si le hubieran pillado en medio de una travesura. Debía llevar un rato mirándome, porqué estaba sonriendo con picardía.

-¿Quién eres tu?¿Por qué me observas?-me cruzo de brazos y frunzo el ceño.

-Soy Matthew Súpercaliente.-me dice sonriendo.-¿No hace calor aquí?

-Pues no la ver...-sin dejarme terminar ya se esta quitando la camiseta.-¡Eh!¡¿Pero que haces?!

-Tengo mucho calor.-dice empezando a sudar. Se quita las zapatillas y los calcetines.-Aunque se que disfrutas de esto.

-No disfrutaría ni en un millón de años, estúpido simio.-ríe negando con la cabeza, mientras se quita su camiseta interior de tirantes blanca.-Con alguien como tu nadie podría.

-Pues eso no lo dices las miles de chicas que me miran el culo y el paquete, belleza.-comenta sonriendo pícaramente.

-¡No te desnudes aquí!-digo al ver que sus dedos iban a desplazar los calzoncillos, después de sacarse toda la ropa restante, y dejándome ver su bien formado cuerpo.-¿Por qué vienes aquí, me espías y te desnudas?

-¡Eso suena fatal visto así! Solo quería echar un vistazo a los cuerpos de las dulces chicas que pensaba que habría, aunque con el tuyo me conformo...-ríe para si mismo. Estamos unos segundo en silencio y suelta un grito gutural.-¡No puedo trabajar así!

-¿Pero de que hablas?

-Yo soy el chico que esta buenísimo y se queda misteriosamente todo el rato sin camiseta, pero que es un cretino.-comenta abriendo las ventanas.-¡Hace calor!-ese grito se lo ha lanzado al mundo, y parece realmente molesto.

-¿Y por qué te has quitado toda la demás ropa?-enciende el aire acondicionado y da vueltas delante de él con los brazos alzados.-¡Oye, hazme caso!

-Es que me han hecho quitarme la camiseta tantas veces que me he adaptado a las bajas temperaturas.-asiento confusa mientras se abanica con una pesa.-Me hicieron hacer un especial Navidad y claro, como chico sin camiseta que soy, tuve que estar en pleno diciembre en un bosque mientras nevaba. Ahora siempre tengo calor.

-Lo siento, debe ser...caluroso.-asiente.-¿Puedo hacer algo?

-No, no puedes y tampoco puedo ser el chico sin camiseta de esta universidad. Voy a llamar a la agencia para que venga mi sustituto, lo siento.-me rasco la nuca y aparto la mirada al ver como me muestra su trabajado trasero, mientras se pone de cuclillas para buscar su teléfono. Hace la llamada y se va, no sin antes pedir de nuevo una disculpa.