Deseos Reprimidos

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El ambiente, tan familiar, cálido y caragado de buenas energias la hace sentirse cómoda y tan feliz que sería imposible no contagiarse de las risas o los comentarios simpáticos de alguna que otra persona que a este paso ya cuentas con varías copas encima.

Wanda podía jurar que si aspiraba lo suficiente podría llenarse del fuerte olor del licor alegre mezclandose con el delisioso aroma de la comida.

La Mansión de los Vengadores siempre a sido un sinónimo de hogar y de familiaridad. Claro, las disputas nunca brillaron por su ausencía. Sin embargo lograron superarlas. Las amistades no han hecho más que crecer y sin impartar a que Grupo pertenescas, todos seguían reuniéndose con toda la frecuencia que podían.

Toda una congregación de los seres más poderosos del planeta, mezclandose entre ellos.

De cualquier modo, el motivo de la "reunión" como se llamó en un principio era lógicamente festejable. Es decir, cualquiera podría contagiarse de la armonía y la dulce espera en la que toda una familia se encontraba desde hace meses.

Y, hablando de la familia, una fantastica en todos los sentidos. La pareja del momento se encontraba en medio de los demas, ambos luciendo radiantes y felices. Las manos firmes del hombre rodeando la cintura de su amada esposa, con una sonrisa orgullosa que no a dejado de surcar su rostro desde que se enteró de la noticia.

Wanda no pudo evitar la dolorosa punzada de celos cuando miro la mano de él se posó sobre el abultado vientre de ella, acariciandolo con cariño, sabedor de que faltaba poco para poder tener a su hijo en sus brazos.

La dulce espera

Agobiada aparto la vista de la viva imagen de la felicidad, sabiéndose egoístamente celosa. A pesar de que no tiene nada que envidiarles se repite por enésima vez, ella misma es más que feliz de lo que se pudo imaginar en toda su vida, lo sabe y se lo recuerda con tan sólo mirar al hombre a su lado, él es quién la a hecho feliz desde entonces.

Posando la vista en su mano y la preciosa argolla que descanza en las manos de ambos, firme recordatorio de que están juntos desde lo que parecen los mejores y más prosperos años de su vida.

Acariciandola con lentitud, maravillandose de todo lo que significa para ella, pero de nuevo, al igual que siempre, vuelve a regresar a sus antiguas cavilaciones cuando escucha el particular sonido que detiene las risas y los engulle a todos. La risa de un bebé, tan melodiosa, perfecta y dulce.

Todos mirando a la perfecta bebé de cabellos rojiso y sonrojadas mejillas que les devuelve una preciosa sonrisa desdentada.

La madre de la pequeña sonrie, orgullosa, colocándola sobre sus piernas y haciéndole cariños en las mejillas que le arrancan más sonrisas.

De nuevo, Wanda siente el vacío apoderándose de su ser, oprimiendole el pecho como un enorme peso del que no puede deshacerse.

-¿Sucede algo?.

Wanda dio un respíngon al ser descubierta en sus cavilaciones, levantando la vista de entre sus manos y concentrandose en con difucultad en el par de ojos castaños que parecen genuinamente preocupados.

-Nada, es sólo que estoy algo cansada.-Miente sonriéndole indulgente.

-¿Quieres que nos vayamos ya?.-Ofrece él acercándola con el brazo que mantiene sobre sus hombros.

¡Claro que quiere irse! Quiere escapar de los bueno deseos, de las anécdotas a las que ella no puede contribuir de nada y de la alegría que sólo la hace sentir como una egoísta.

Spider-Witch [One Shots] (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora