Cap. 03 - Volterra

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Decir que había algo en la guía que no me gustaba era quedarse corta, y no era solo por la forma que tenía de hacer que todos estuvieran encantados con solo sonreír. No era normal.

–¿Por qué empezar en Volterra en lugar de alguna ciudad más conocida y emblemática? – Le pregunté a Heidi mientas los demás del grupo se habían detenido a admirar una de las calles que nos conducían a una gran plaza, desde la que podríamos acceder al Palazzo dei Priori.

–Volterra tiene grandes tesoros patrimoniales, los turistas que saben apreciar la verdadera belleza de Italia saben que es un lugar imprescindible de visitar. – Respondió observándome de reojo, como si hubiera alguna cosa extraña en mí. – Volterra como primer lugar cuando visitas la Toscana sería considerarte como una turista experimentada.

Fruncí el ceño mientras la veía llamar sonriente al resto del grupo para seguir avanzando. Turista experimentado... Si estaba más que segura que todos los que conformaban el grupo no eran de viajar mucho, porque sin ir más lejos yo era la primera vez que viajaba fuera de mi país.

Aunque no podía negar que Volterra tenía una belleza que casi resultaba mágica, realmente sus calles llamaban para ser exploradas desde que pasabas las puertas y murallas. Si no hubiera ido con mi abuelo, no me habría pensado dos veces perderme por la ciudad.

Y ha pesar de disfrutar del encanto de la ciudad, me sentía en estado de alerta, como si algo no estuviera bien. Eso explicaría el porqué no había hecho el esfuerzo de escuchar las explicaciones de nuestra maravillosa guía Heidi.

–Es tan atractiva, como si no fuera de este planeta...

–¿Crees que estará pillada?

Rodé los ojos ante las palabras de los dos chicos de unos veinte años que estaban en el grupo, mientras pasaban por mi lado. Como si no fuera de este planeta... Bien podía ser una descripción acertada en relación a Heidi, ¿hasta que punto podía ser cierto?

Una posibilidad pasó por mi mente, haciendo que mirara con rapidez hacia el cielo nublado que impedían que los rayos del sol se filtraran, pero dejaban pasar la luminosidad que hacía que no fuera un mal día para pasear.

Miré hacia nuestra guía, parecía una modelo, no solo lo decía por su aspecto. Se movía con una elegancia sorprendente, sabía como hablar con la gente y les transmitía tal encanto que estaban casi hipnotizados. Y no podía ignorar esa leve bruma saliendo de ella, que oscilaba entre el violeta y el marrón, lo que no me daba buenas sensaciones, sobre todo al ver como una sonrisa de su parte hacía que los demás fueran envueltos por un amarillo de felicidad.

Al igual que el resto de sus explicaciones, no presté atención a lo que contaba sobre la festividad de San Marco y la historia que le precedía, hasta que escuché algo sobre “expulsar a los vampiros de la ciudad”. ¿Vampiros? ¿De esos como...?

Él vino a mi mente a gran velocidad y sonreí por ello sin poder evitarlo. Si lo volvía a ver justo en esta ciudad, eso sí que sería magia.

Me alejé un poco del grupo, sentándome en el borde de la fuente que dominaba el centro de la plaza y saqué la libreta de dibujo. Tenía que alejar a mi ángel oscuro de mis pensamientos y empezar a disfrutar de los bellos lugares que estaba visitando y por visitar. Y, en lugar de tomar fotos, quería dejarlos reflejados a mi manera.

–Ya tardabas en sacar esa libreta. – Comentó mi abuelo sentándose a mi lado unos minutos más tarde, haciendo que detuviera el movimiento del lápiz que iba dando forma a la fachada del castillo. – Vamos, cariño, la visita al Palazzo dei Priori está a punto de empezar. Al parecer, es realmente difícil conseguir visitarlo, somos afortunados de poder verlo.

Emotions (Alec Vulturi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora