𝐶𝑎𝑝𝑖𝑡𝑢𝑙𝑜 8: 𝐾𝑖𝑚𝑜𝑛𝑜 𝑦 𝐾𝑎𝑘𝑢-𝑜𝑏𝑖.

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No hacía falta explicar el porqué Heeseung ahora era más atento a sus necesidades y las de él mismo

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No hacía falta explicar el porqué Heeseung ahora era más atento a sus necesidades y las de él mismo.

Ahora vivía muy feliz, Heeseung se daba su tiempo para estar con el, ya sea para comer juntos o pasar al rato, en la noche trataba de no ser ruidoso y despertar a su pequeño, cuando el rubio tenía su nudo estancado hasta el fondo de sus entrañas.

Los momentos de pasión y amor en la cama se habían vuelto más seguidos, a Ni-ki le gustaba mucho despertar abrazados uno al otro, meter su rostro en el cuello del mayor y beber de ese delicioso ahora desde la fuente.
Pero aún así, despues de estar juntos y todo, había algo que inquietaba al pecoso, ellos no tenían un lazo, su cuello estaba limpio de mordidas y aunque Heeseung adoraba dejar marcas allí, no había una permanente.

Y esa noche iba averiguar el porqué, sabía que tenía que haber una explicación para eso. Ni-ki caminaba por los pasillos de la mansión hacia el despacho del rubio, el lugar era enorme, bastante.

Apenas si se había memorizado algunas partes, ese día estaba haciendo un sol de lo más hermoso, por eso pasó la mayor parte del día afuera con sus amigos y su pequeño.

Iba aprovechar que su pequeño Taesan estaba durmiendo la siesta, aún faltaba para el almuerzo así que tenía algo de tiempo.

Cuando estuvo al frente de la oficina del rubio e iba a tocar para ver si podía entrar, su nariz detectó un par de aromas que no conocía, también hubo un aroma a colonia que odió al instante.

-iOh, amo Ni-ki!- saltó un poco al escuchar a una de las sirvientas del lugar, era una beta mayor, con el cabello marrón recogido en un chongito.- hoy el amo Heeseung tiene visita inesperada y me ha pedido que les trajera un té.

-¿Visita inesperada?- preguntó confundido, que alguien hubiese llegado y no lo notara era algo que le podía pasar, pues el lugar era gigante y muchas personas podrían entrar y salir desapercibidos para el.

-Sí, llegaron hace un rato y pidieron hablar con el amo Heeseung, son socios. Si gusta puede pasar.- dijo la mayor mientras se acercaba con su carrito con la tetera y las taza de té.

-Pero, ¿No estaré interrumpiendo donde no debo?- preguntó el pecoso inseguro, no queriendo meterse en problemas, además, el no sabía nada de lo que podía hacer trabajos un Yakuza, y menos uno como su alfa.

-¿Que dices?, Usted es la pareja del amo
Heeseung, puede hacer lo que le plazca en ésta mansión.- ella contestó y abrió la puerta, Ni-ki miró nervioso como los de adentro se fijaban en ellos.

-Lamento la interrupción.- murmuró el pecoso mientras se adentraba al despacho, y la sirvienta le seguía detrás con el carrito.

Eran dos alfas los que estaban dentro en el lugar, uno era alguien bastante mayor, su cabello marrón claro estaba casi blanco, y la otra persona era una alfa más joven.

𝑁𝑖-𝑘𝑖 𝑞𝑢𝑖𝑒𝑟𝑒 𝑢𝑛 𝑐𝑎𝑐ℎ𝑜𝑟𝑟𝑜 (𝐻𝑒𝑒𝑘𝑖)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora