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Los tres amigos se miraban en el ascensor. Mejor dicho, a Leehan lo miraban sus dos mejores amigas. Mejor aún, Wonyoung tenía al pobre de Leehan acorralado en una esquina, mientras analizaba cada pequeña parte de su maquillaje, asegurándose de que esté perfecto, como si no lo hubiese hecho mil veces ya y Yunah se reía.

Pobre Leehan, realmente se sentía como un animal en exhibición.

— ¿Pueden dejar de mirarme? — preguntó bajito, sintiendo que los ojos de sus amigas -de Wonyoung más que nada- prácticamente podrían abrirle huecos en la cara.

— Ya, ya, perdón. — dijo Wonyoung. — Nada más no me termina de gustar el delineado de tu ojo derecho.

— Ay no jodas, lo hiciste veinte veces y yo lo veo igualito.

Wonyoung lo miró feo, bastante feo, pero finalmente lo dejó de mirar.

El elevador estaba por llegar al primer piso y Leehan aún no se había terminado de mentalizar para salir. La última vez que lo había hecho, el buen señor de la recepción, quien siempre le abría la puerta al llegar, lo miró con bastante confusión y él no supo qué decir. No estaba listo para pasar por ahí de nuevo.

Hizo el amago de esconderse detrás de Yunah penas las puertas se abrieron y esta tuvo que morderse el labio para no reír.

Leehan era considerablemente más alto que ella -y que Wonyoung- de normal. Ahora, considerando el pedazo de tacones que le había conseguido, el tipo les sacaba más de una cabeza y desgraciadamente para él resaltaba como dinosaurio en una boda.

— Bueno, ¿entonces cuál es el plan exactamente? — preguntó Yunah, una vez que estuvieron fuera del edificio.

Leehan se encogió de hombros, como si no hubiese sido él el de la idea, y se volteó hacia Wonyoung, quien hizo exactamente lo mismo, solo que ella buscaba respuestas en Yunah.

— Ok, grandioso. — habló Noh. — Supongo que namas lo llevamos por ahí cómo llevan a los personajes por los parques de Disney a ver si el tipo se aparece para que Leehan pueda hacer la de Doris en shrek.

— ¿Habría que cobrarle a la gente para que se tomen fotos con Leehan entonces? — preguntó Wonyoung en broma, haciendo que el mencionado la mire mal.

— No era la idea, pero si alguien quiere yo no voy a ser quien les diga que no. — le siguió Yunah.

— Las odio a las dos, que lo sepan. — murmuró Leehan, más concentrado en tratar de no matarse por accidente bajando las escaleras de la entrada que en las palabras de sus amigas.

Esos malditos tacones eran un peligro. Eran casi tan malos como había imaginado en un inicio que serían. Bastó con que diese un paso fuera del ascensor para que realmente le entrase el miedo que debería tener.

Había estado caminando de la manita con Wonyoung y Yunah hasta entonces, ¿y ahorita tenía que hacerlo solo? No gracias. Sabía por parte de las chicas que si su pie se doblaba lo suficientemente mal con una pisada errada podría hasta partirse el tobillo (quizás en un caso exagerado, pero no quería correr riesgos), por lo que sólo podía estar concentrado en donde y cómo ponía el pie que le iba a permitir avanzar al estar caminando.

Caminaron un par de calles, en busca del dichoso señor asqueroso, quien parecía haberse evaporado, en las que Leehan pudo acomodarse mejor a sus nuevos zapatos. Seguían siendo incómodos, pero después de diez minutos a pata podía decir que ya no estaba tan consciente de sus pasos.

Leehan se sentía un capo por ello.

El cielo había terminado de oscurecerse en lo que Wonyoung terminaba su maquillaje, por lo que había estado caminando por calles desiertas en la noche. Era el "escenario perfecto", el tipo tenía que aparecer eventualmente (o alguno de su calaña).

O eso imaginaban ellos al menos.

Se la pasaron caminando por otros diez minutos y a alguien en particular le empezaban a doler bastante los pies, por lo que, derrotados, decidieron simplemente regresar.

No habían logrado lo que querían, pero las risas nos faltaron.

Hablando de risas, aún quedaban algunas.

En todo el trayecto que habían hecho se habrían cruzado a unas tres personas como máximo (cosa que Leehan realmente agradecía), por lo que, faltando solos dos calles para regresar a calle de Yunah, no creyeron que podrían toparse con nadie más.

Leehan avanzó con esa idea en la cabeza, hasta que llegaron a la última esquina. Ni bien voltearon hacia la izquierda, se toparon de frente con un dúo de personas al que Leehan no quería precisamente ver en ese momento.

"Ay no".

Las dos muchachas que lo acompañaban notaron que Kim se quedó quieto de golpe y se detuvieron también a ver qué le pasaba. Cuando una de ellas notó la presciencia de los dos chicos frente a sí, creyó adivinar lo que pasaba.

Leehan quería que se lo trague la tierra.

Sus ojos se encontraron primero con los de Jaehyun, quien lo reconoció al instante y quien parecía algo confundido. No habría sido tan malo tener que explicarle la situación a él de haber estado solo, pero no lo estaba.

A su lado estaba aquel chico con el que había estado soñando despierto desde que lo vio por primera vez, hace algunas semanas. Se veía tan bien como aquella vez y tan tímido como cuando le pidió perdón por algo que no hizo. Él también se había quedado quieto, mirando en su dirección con los ojos bien abiertos. Parecía igual de sorprendido.

Leehan solo podía pensar en una cosa y era en salir corriendo. No podía permitir que aquel hermoso ser lo viese así de nuevo. Dio un paso atrás dispuesto a salir corriendo lo mejor que pudiese, cuando aquel chico habló.

— Espera, por favor. — pidió Taesan, sin siquiera haber terminado de pensar en si era una buena idea. Leehan se quedó quieto. — En serio lo siento, sé que quizás sonará raro... — murmuró, ya no tan convenido de lo que estaba a punto de hacer. — pero... recuerdo haberte visto hace un tiempo y recuerdo que me pareciste la mujer más hermosa que había visto. Me arrepentí mucho de no haberte pedido tu número ese día... ¿podrías dármelo, por favor?

Jaehyun miraba a su amigo como si le hubiese crecido un cuerno en la cabeza. ¿Arrepentirse de...? ¿Leehan era la "chica de la tienda"? Alguien iba a reírse un rato largo.

Yunah y Wonyoung se miraron entre sí, sabiendo que ambas estaban pensando lo mismo, sin saber si emocionarse o cagarse de risa.

¿Leehan? El pobre parecía que se iba a desmayar. Se quedó quieto y callado, haciendo que Taesan se preocupase, sin saber qué hacer o qué decir. No sabía cómo explicarle al potencial amor de su vida que habían solo dos mujeres en esa calle y ninguna de ellas era él. Miró a Jaehyun, quien no parecía que fuese a ser de ayuda, luego a Taesan otra vez y finalmente soltó lo primero que se le vino a la mente:

— Soy hombre. — dijo alto y claro con su voz masculina.

— Mejor.

Ok, eso no se lo esperaba nadie, ni siquiera el mismo Taesan, quien quiso arrancarse la boca un microsegundo después de haberlo dicho.

Nadie dijo nada por unos pesados segundos. Jaehyun realmente se quería reír, pero no quería cagar el momento, igual que Yunah, quien tuvo que mirar hacia otro lado y pensar en otra cosa para no reventar. Wonyoung, por su parte, se emocionó al pensar que alguien aceptaba a su amigo de una manera tan "bonita".

A Leehan la cara se le puso de todos los colores.

Solo podía pensar en huir lo más rápido posible de ahí, pues necesitaba gritar un rato antes de poder dar una respuesta apropiada. Jaehyun estaba tranquilamente caminando con aquel hermoso muchacho, por lo que seguro lo conocía. Cuando inevitablemente se arrepienta de huir podría pedirle su número a él, ¿no?

Eh, no.

No sería necesario, pues en el momento en el que el pobre de Leehan se dispuso a huir en dirección contraria, dispuesto a darle una vuelta entera a la manzana para llegar a casa de Yunah por el lado opuesto de la calle...

Se le dobló el tacón y se fue de bruces al suelo.

— Dios mío, Leehan, ¿estás bien? — preguntó Yunah al ver la horrible caída.

— NO.

[ I'm a guy btw : gongfourz ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora