11. cerrando ciclos

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A pesar del inconveniente con Magui, el desfile había salido excelente

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A pesar del inconveniente con Magui, el desfile había salido excelente. Germán se había superado una vez más, recibiendo halagos y elogios de todo tipo, a los que por supuesto ya estaba acostumbrado. Durante toda la noche, las chicas vieron pasar a decenas de famosos buscando saludarlo, desde cantantes, actores, deportistas, otros diseñadores... la situación desbordaba un poco a Chloe y a Ada, que todavía se estaban acostumbrando. No así a Clara, que para sorpresa de sus amigas, muchos de los que buscaban saludar al diseñador luego lo hacían con ella. La situación entre las tres todavía estaba un poco tensa, ninguna había dicho nada por estar concentrada en el trabajo, pero el ambiente se cortaba con cuchillo.

Las chicas estaban muy preocupadas, sobre todo porque su amiga sólo les había dicho que había recibido una respuesta, y nada más. Querían saber todo, qué casa era, qué le habían dicho, con quién había hablado... no sólo porque de eso dependía su trabajo, sino también porque querían compartir las noticias con ella. Sí, habían estado mal actuando a sus espaldas, pero no se arrepentían. Si ellas no la empujaban a dar el siguiente paso, no iba a suceder nunca. De todas maneras, estaban incómodas con la situación: limitar sus charlas sólo al trabajo no era típico de su relación. Eso era lo divertido de trabajar juntas.

Por su parte, Clara seguía un poco molesta, no sólo con las dos, sino con ella misma. ¿Tan mala jefa había sido para que piensen que podían pasar encima de ella así como así? Sí, las chicas eran sus amigas pero también trabajaban para ella, y con eso se habían arriesgado a perderlo todo. Tal vez habían actuado como amigas y no como empleadas, lo que en ese caso, la hacía quererlas más. No podía estar enojada con ninguna para siempre, sobre todo porque sabía que tenían un corazón enorme y habían actuado desde el amor.

– Clara – sintió cómo le tocaban el hombro, y una voz la sacó de una conversación que estaba teniendo con unas modelos. Había reconocido la voz de Magui, que a esta altura ya la conocía bastante, y no por cosas buenas. – ¿Podemos hablar un minuto?

– Disculpen, ya vuelvo – le dijo a las chicas con una sonrisa, y se alejó con la portuguesa. No sabía qué se podía llegar a venir, pero esperaba que incluya las palabras perdón y gracias. Al fin y al cabo gracias a que la había sacado arrastrando de su casa había tenido el momento de su carrera.

– Yo... quería pedirte disculpas. Lo lamento mucho, tú me elegiste y pusiste tu confianza y yo no estuve a la altura – Se quedó como esperando una respuesta, pero Clara se quedó callada. Podía parecer poco empática, pero si algo le habían enseñado estos años en el ambiente era que no esperaba a nadie. Si estabas, bien, y si no, había alguien esperando a ocupar tu puesto. Cuanto más rápido lo entiendas, mejor te va– Y gracias. Por haber ido a buscarme y haberme convencido de venir.

– No te preocupes, es un tema cerrado. Y perdón pero todavía tengo cosas que hacer – se despidió con una sonrisa rápida y la dejó con la palabra en la boca. Bueno, en realidad no, porque Magui ya no sabía qué decir, pero a pesar de haber terminado el desfile más importante de su vida tenía un sabor amargo. Había estado siguiendo a Clara durante mucho tiempo, era una figura para ella, y ahora había arruinado todo.

PARÍS ★ manuel ugarte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora