• II •

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De Loera.

Habían pasado casi un año desde que había llegado a StoryBrooke y siendo sincera me había adaptado perfectamente a este pueblo peculiar tanto que ya hasta se podía decir que tenía mi propia pequeña familia. Al menos eso quería yo pensar ya que Regina siempre me trataba de una forma muy maternal desde que empecé a vivir con ella.

—"Ah no, no señorita no te vas a ir de aquí hasta que te comas más que es pan tostado."

—"Regina porfavor,"—Me quejé juguetonamente.—"Ya voy tarde."

—"Exacto, ya vas tarde. Anda, agarra unos waffles deja te hago una malteada."

—"De chocolate porfavor."

Le regalé una sonrisa inocente a lo que ella no evitó sonreír girándose para empezar a hacer mi malteada.

—"Cariño,"—Alcé mi mirada dándole a entender que tenía toda mi atención a pesar de que masticaba.—"¿No has notado nada raro, aquí en StoryBrooke?"

Fruncí un poco mi ceño y tragué mi bocado, ella me dio mi licuado pero yo aún estaba pensando en su pregunta.

—"No, bueno es que la verdad no eh puesto mucha atención que digamos. Si mi tiempo no es consumido en el café, es consumido con Henry y Emma o aveces hasta entrenando así que si le soy sincera no eh prestado atención."

—"Yo no puedo evitar ignorar un presentimiento como si algo malo fuera a pasar con Henry de hecho."

Deje de comer para mirarla atentamente y podía sentir la preocupación en su aura, desde que llegué me había encariñado demasiado con Henry él era como mi hermano menor y sabía perfectamente que él me tenía ese cariño como si fuera su hermana mayor. Hasta podía decir que me hubiera encantado que el hubiera sido mi hermanito y no el otro.

—"Puedo empezar a cuidar en las noches a Henry, ya sabe entre las sombras."

—"________, cariño ya hemos-..."

—"Lo sé,"—Interrumpí.—"Pero se trata de Henry además tengo excelente control sobre el vuelo sombra y también el esconderme en ellas. Porfavor má,"—Al decir esto noté un brillo en sus ojos.—"De esa forma vamos a saber que Henry está bien en las noches."

Un pequeño suspiro pesado salió de sus labios pero a regañadientes asintió a lo que yo celebré internamente y una vez acabando mi licuado, recogí mis trastes, le di un beso en su mejilla y salí de la casa para empezar a desmaterializar mi cuerpo en un enjambre de sombras y volar hacia el café.

—"Uy le voy a decir a Regina."—Canturreo Ruby al ver cómo las sombras se esparcían revelándome por completo.

—"Y yo le voy a decir a tu abuelita lo que haces en el bosque."

—"Mejor me lo guardo."

No pude evitar reír un poco poniéndome mi delantal y empezar a tomar las órdenes de mis mesas. Agradecía el hecho de que el tiempo se estaba pasando rápido y en cuanto menos lo esperaba ya era mi hora de la salida así que una vez despidiendome y tomando mi mantecada salí del café para empezar a caminar hacia el área de entrenamiento que David junto con Rumple y Regina me habían construido.

Deje mi mochila y delantal a un lado, ate my cabello en una coleta y con mi mano derecha me quite mi gargantilla convirtiéndola en mi espada; era el único regalo que había recibido de mi padre.

Sabía perfectamente que era muy raro que un padre divino visitara a su hijo de eso me enteré cuando Leo Valdez y Percy Jackson me habían encontrado en una de mis tantas peleas clandestinas. Desde que tengo memoria eh estado sola, mi madre me abandonó con solo 2 años en una casa hogar y no era la más cálida que digamos pero todo mejoró cuando cumplí los 15 años y fue cuando me enteré de que era mestiza y el campamento se había convertido en mi nuevo hogar.

Pero todo empeoró cuando mi hermano, Nico Di Angelo, supo de mi existencia y me conoció.

—"¿No crees que es un poco injusto para el maniquí? Digo, ni siquiera se puede defender de tus estocadas."

Me gire rápidamente y me ruborize al darme cuenta como tenía la punta de mi espada en la garganta de David quien tenía sus manos arriba y estaba un poco pálido.

—"Dioses, no sentí tu aura."—Apenada baje mi espada y está se volvió a convertir en mi gargantilla de color obsidiana con una pequeña esmeralda como dije.—"Perdón supongo que estaba muy metida en mis pensamientos."

—"¿Emocionada por tu fiesta de 18 años?"

—"Más bien ansiosa, por accidente leí los planes de Regina así que ya se que va a haber un DJ y hasta una máquina de humo."

David no evito reír e hizo un ademán para que me sentará a su lado. La noche era un tanto tranquila y con ella venía una pequeña brisa la cual se sentía bien contra mi rostro.

—"De verdad, agradezco el hecho de que llegaste a su vida ella siempre quería una hija y mira, a pesar de ser una vi-..."—Lo mire detenidamente, él soltó una pequeña risa.—"Bueno, lo que quiero decir es que a pesar de nuestro pasado junto con Mary Margaret de verdad me alegro de que estás tú en su vida."

—"Y yo me alegro y agradezco que ella esté en la mia jamás sabía lo que era tener una figura materna pero de verdad aprecio mucho a Regina por brindarme dicho sentimiento."

—"Bueno, te encamino a casa ya que es un poco tarde se que eres capaz de defenderte pero aún así eres como una hija para mi también."

No pude evitar sonreír un poco antes sus palabras, ambos nos levantamos y sacudimos nuestra ropa un poco para empezar a caminar hacia mi casa donde efectivamente podía sentir el aura un tanto preocupada de Regina. Me despedí de David y entre a la casa quitándome mis zapatos y guardándolos en el pequeño armario junto a la entrada.

—"¿Cómo te fue cariño?"

—"Bien, solo un poco cansada me meto a bañar y enseguida bajo para cenar."

Regina asintió pero antes de subir a mi habitación le di un fuerte abrazo que sin duda alguna la tomo por sorpresa pero aún así me correspondió.

—"Gracias,"—Musité bajito aún abrazandola.—"Por ser mi mamá."

Y antes de que pudiera decir algo me separé y me desvanecí en un enjambre de sombras.



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⏰ Última actualización: Oct 14 ⏰

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