De Regreso a Casa

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Ethan emergió de su escondite, acercándose a la rubia herida. La belleza de N 13 contrastaba grotescamente con su estado de agotamiento. Ella cayó de rodillas, el peso del cansancio claro en su respiración entrecortada. Ethan sintió una creciente preocupación al escuchar el pesado ritmo de su aliento.

—¡N 13! ¿Estás bien? —preguntó, extendiendo una mano para ayudarla a levantarse.

—Sí, no te preocupes —respondió ella con voz fatigada, el sudor deslizándose por su rostro como un manto de desesperación—. Es normal que me pase esto después de usar mis poderes. Aún no los controlo bien.

<<Esto no pinta bien. Esta arma succiona mi sangre y energía vital. Debo usarla con moderación>>.

—N 13, debemos encontrar a la criatura y matarla para volver a casa. Si no lo hacemos, esas cosas nos devorarán —insistió Ethan, el temor visible en su rostro.

N 13 vio la angustia y el miedo en el rostro de Ethan, y una punzada de culpa la atravesó. Sabía que su presencia había arrastrado a ambos a esta horrenda situación.

<<Lo siento mucho, Ethan. Fue mi culpa meterte en este embrollo>>. —Bien, no perdamos más tiempo. Acabemos con esa cosa.

Se dirigieron apresuradamente hacia la gran estructura que se alzaba frente a ellos, semejante a un coliseo grotesco. Al acercarse, vieron una vasta entrada y un campo desolado lleno de cuerpos mutilados. Las moscas revoloteaban sobre los restos carcomidos.

—Dios, esto es una verdadera masacre. ¿A qué clase de ser nos enfrentamos? —preguntó Ethan, el horror en su voz.

N 13 se puso en guardia, sintiendo una presencia ominosa que los observaba desde las sombras. Apretó el hombro de Ethan con fuerza.

—Ethan, quédate detrás de mí. Esa cosa está merodeando el lugar.

De entre los montículos de cadáveres surgieron tentáculos que atraparon a N 13. Justo antes de ser completamente envuelta, logró empujar a Ethan fuera de peligro.

—¡Vete!

—¡Pero!

—¡Vete, que me estorbas!

Ethan se apresuró a encontrar un lugar seguro mientras N 13 observaba con horror cómo la monstruosa criatura emergía de entre los cadáveres. La bestia lamía su larga y viperina lengua, y los tentáculos que la rodeaban eran en realidad sus grotescos dedos.

—Finalmente sales de tu escondite, maldito engendro. ¡No te atrevas a tocarme, escoria repugnante! —gritó N 13, la repulsión palpable en su voz.

Utilizando toda su fuerza, rompió los tentáculos y se liberó. La visión de la criatura le provocaba náuseas.

—Solo verte me da asco.

Apuntó su arma a la criatura y dio un salto, escalando las paredes como una araña. Desde su espalda, púas óseas se dispararon. Pero una de las púas la atravesó en la pierna, haciéndola caer al suelo. La criatura, abriendo su boca horrenda, disparó un rayo carmesí que la lanzó por los aires, estrellándola contra varias estructuras.

Ethan miró con impotencia cómo la rubia, con los ojos carmesíes, era brutalmente masacrada por la bestia.

—¡N 13! ¡Tienes que ponerte de pie! ¡Vamos, mujer!

—Ethan... —gruñó ella, mientras sacaba la púa de su pierna, el dolor intensificado por la mutilación de músculos y nervios—. Maldito seas, no permitiré que le hagas daño al chico.

<<Esto duele más de lo que imaginé. No puedo hacer nada si no restauro mi brazo derecho a su estado original. Ethan, confía en mí. No te voy a fallar>>.

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⏰ Última actualización: Sep 04 ⏰

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