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Matthew había dicho que entendía a Spiderman, pero no era verdad. Matthew era muy gay y muy estúpido también.

Matthew no podía dejar de pensar en Spiderman desde su último encuentro. Había algo en el héroe enmascarado que lo intrigaba más allá de su naturaleza heroica. La idea de que un misterioso salvador que siempre aparecía en los momentos más oscuros lo había cautivado.

Después de ser salvado tres veces Matthew tuvo la oportunidad de ser sostenido al menos por un momento por Spiderman. El héroe era fuerte, eso era obvio, no por nada era quien cuidaba y protegía la ciudad, pero la sensación de los músculos del hombre bajo sus manos se sintió bien.

Matthew hacía ejercicio, muchísimo en realidad. Y sabía perfectamente cuando unos bíceps eran dignos de tocar, y los del héroe eran hasta dignos de probar.

Dios, Matthew estaba enloqueciendo.

Matthew sintió que había una conexión, una chispa que surgió durante su último encuentro. Y, siendo terco por naturaleza, Matthew decidió que no podía dejar las cosas así.

Sabía que el héroe no podía revelar su identidad ni acercarse demasiado a nadie, pero Matthew estaba decidido a encontrar una manera de conocerlo mejor, de alguna forma. Se sintió tonto, incluso ridículo, por albergar sentimientos por alguien que apenas conocía y cuya cara nunca había visto. Pero así era él, siempre persiguiendo su corazón, aunque eso significara ponerse en situaciones poco convencionales.

—Quita esa sonrisa, no me gusta.

Matthew miró ofendido a Hanbin. —No quieras apagar mi brillo.

Hanbin salió de la cocina moviendo la cucharita de su té. Se sentó en la mesa en dónde estaba Matthew.

—Estás planeado algo. ¿Qué es?

—Voy a encontrarme con Spiderman de nuevo —anunció de repente, con un brillo decidido en sus ojos.

Por supuesto que si. Desde la primera vez que casi muere en ese tren Matthew no había dejado de hablar sobre el hombre enmascarado, Hanbin al inicio lo entendía, le había salvado la vida después de todo. Luego Matthew aparentemente desarrolló un enamoramiento unilateral con Spiderman y no podía dejar de hablar sobre lo guapo y fuerte que era. Hanbin le había gritado que ni si quiera conocía su cara, a Matthew no le importó.

Hanbin alzó una ceja, claramente confundido. —¿Y cómo planeas hacer eso? ¿Gritando su nombre por toda la ciudad hasta que aparezca?

Matthew rió, aunque sabía que su plan no era mucho más cuerdo que eso. —No, no exactamente. Pero si Spiderman aparece para salvar a la gente, entonces solo tengo que estar donde me pueda salvar, ¿no?

Hanbin lo miró fijamente, tratando de descifrar si hablaba en serio. —¿Estás diciendo que te vas a poner en peligro a propósito?

Matthew asintió, como si fuera lo más obvio del mundo. —Sí, bueno, no es como si me fuera a meter en una pelea, pero si hay un robo o algo así, solo... apareceré.

Hanbin soltó una carcajada, pensando que era una broma. Pero cuando vio la seriedad en el rostro de Matthew, su sonrisa se desvaneció. —¿Hablas en serio?

—Totalmente —respondió Matthew, sin dudar. —Sé que suena loco, pero necesito encontrar una manera de hablar con él. Realmente quiero conocerlo, Hanbin.

Hanbin suspiró y se pasó una mano por su cabello, visiblemente preocupado. —Seokmae, esto es una locura. No puedes simplemente ponerte en peligro esperando que Spiderman aparezca para salvarte. Podrías terminar herido, o algo peor.

Matthew negó con la cabeza. —Lo sé, y no es que quiera ponerme en peligro porque quiera, pero es la única manera que se me ocurre para verlo de nuevo. Además, siempre he sido bueno para evitar problemas.

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⏰ Última actualización: Aug 11 ⏰

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