El día estaba demasiado tranquilo para el gusto de Isis. No era que le gustara el ajetreo propio de la ciudad, ni que disfrutara del escándalo de las demás criaturas. Tan solo recordaba a alguien diciéndole que el silencio de los animales nunca era bueno.
Mientras que no le saliera una bestia imposible de enfrentar todo estaba bien.
Apresuró el paso cuando vio a lo lejos una cabaña. El territorio era de lo más extraño, había una manada en medio de la nada y una cabaña aparentemente deshabitada en medio de la nada. Antes de que Isis pudiera acercarse más fue detenida por los Deltas.
—Esto es propiedad privada, señorita, tendré que pedirle que se retire de inmediato.
Isis alzó una ceja y se cruzó de brazos ante su necesidad de llevarle la contraria. Sin embargo, si quería descubrir lo que pasaba ahí, debería de evitar los problemas.
Solo temporalmente.
—Entiendo —se limitó a decir y regresó por donde vino.
*
La casa de acogida era bonita. Tenía techos altos, pasillos altos y habitaciones finamente decoradas. Trataba de encontrarle sentido al lugar. Las Manadas adoptivas carecían del apoyo del rey, de hecho, él quería exterminarlas, entonces... ¿De dónde sacaban tanto dinero?
—Isis —no pudo evitar el sobresalto que le causó la voz de Anne. No había sentido que se acercara, ni tampoco que abriera la puerta de su habitación.
—¿Qué?
—Siempre que tenemos a un nuevo miembro, solemos presentarlo ante todos así que se me ocu...
—Si quiere que me presente ante todos, siga soñando. Me iré inmediatamente.
—¡No! No es necesario. Solo pensé que te gustaría hacer amigos.
—¿Tengo cara de amigable?
—En realidad tienes cara de limón chupado, pero no quería decirlo.
—Gracias por guardar el secreto —dijo irónicamente con mala cara.
—Como sea, si vas a quedarte aquí, tienes que conocer a los demás.
—¿Cree que ellos quieran verme después de lo que pasó anoche?
Anne se quedó en silencio por un momento, su cerebro parecía tratar de maquinar una respuesta ingeniosa para ella, pero se rindió un par de segundos después.
—Solo... No te encierres en tu habitación, estoy segura de que por lo menos harás un amigo aquí.
Se mordió los labios ante la respuesta sardas que quería salir de entre sus labios.
Le desagradaba tener que convivir con gente. Estaba acostumbrada a aislarse de los demás por su propio bien.
*
—Alfa, me temo que las Elyris están siendo un problema en los alrededores de la manada, sobre todo al sur —dio Anne preocupada.
—¿Aún no llegan las protecciones especiales? —preguntó el holograma del Alfa Olivier.
—Si ya hubieran llegado no estarían hablándonos, Ol —dijo el Alfa Ancor con tono divertido. Olivier volteó los ojos pensando en lo insolente que era el niño con el que compartía responsabilidades.
—Debieron de haber llegado hace una semana —lo ignoró.
—No hemos tenido noticias de los repartidores, Alfa —intervino Esteban—. Además de eso, los experimentos de Aberton han escapado del centro de seguridad. Se ven inofensivos en la alera, pero la manera en la que fueron modificados genéticamente tiene aterrados a muchos.
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Un legado de sangre
FantasyAl lobo de ojos rojos siempre has de temer. Eso es lo que Isis se repite una y otra vez desde que se vio obligada a dejar su manada. Llena de resentimiento, dolor y traición ha estado vagando por el mundo, alejando a cualquiera que trate de congeni...