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POV: Maki

La sorpresa me paralizó al encontrarlo en la sala de detención. Mis ojos lo recorrieron lentamente, empezando por su rostro, donde sus mejillas mostraban un suave rubor. Sus labios esponjosos, ligeramente entreabiertos y de un tono rojo, capturaron mi atención. Al bajar la mirada, me detuve en su torso, reafirmando lo genial que se veía Harua con el uniforme escolar, y finalmente observé sus zapatos de la marca Miu Miu. Cuando volví a enfocarme en sus ojos, nuestras miradas se encontraron.

Harua me miraba extrañado, por lo que bajé la vista rápidamente, sintiendo el calor en mis mejillas. "Dios, me siento tan avergonzado ahora mismo," pensé.

—¡Hola! ¿Te asusté? —me habló con su preciosa voz y una dulce sonrisa, haciéndome sentir que podía desmayarme ahí mismo.

—Hola... en realidad no, solo... estaba un poco sorprendido —dije mientras me adentraba al aula con pasos lentos e inseguros.

—Oh, entiendo —respondió, volviendo a lo suyo, al parecer leyendo un libro.

Tomé asiento en una de las sillas y miré al frente, negándome a observar a Harua, que estaba a mi lado. No duré mucho así, la ansiedad me ganó y de vez en cuando lo miraba "disimuladamente".

El silencio incómodo empezó a reinar, al menos para mí. Él parecía bastante relajado.

Luego giró su cabeza hacia mí y volvió a sonreírme. Mierda, creo que notó mi mirada, al parecer no fui tan disimulado como creí.

—Me da curiosidad saber por qué estás aquí, Maki —habló calmadamente.

Abrí mis ojos de sorpresa. ¿Harua acaba de decir mi nombre? ¡Esto es imposible!

—¿Me conoces?

Harua rió entretenido.

—¡Por supuesto que sí! Eres Maki, el chico de lindos hoyuelos que tropieza todas las mañanas en el mismo escalón. Soy observador, ¿lo sabías?

No pude evitar sonreír. Harua sabe mi nombre, me conoce, sabe quién soy. Al parecer no soy tan invisible como creí.

—Soy Shigeta Harua, no sé si me conoces.

—Por supuesto que te conozco, eres algo popular. No vivo debajo de una piedra, Harua —hablé con confianza. Claro que estaba nervioso, pero no perdería la oportunidad de hablar con el chico que me gusta.

—¿Por qué estás aquí, Maki? —preguntó Harua, un tanto curioso.

—Me quedé dormido.

—¡Vaya! ¿Solo por quedarte dormido?

—Sí, pero digamos que no es la primera vez que sucede. Eventualmente, la maestra se cansó de mí —dije avergonzado.

—¿En serio? Entonces no puedes dormir de noche. Algo debe estar robándote el sueño.

Tú, pensé, pero solo le sonreí.

—Entonces, ¿me vas a decir por qué estás aquí, Harua? —le dije, intentando cambiar de tema, pero ciertamente me daba curiosidad.

Él soltó un pequeño suspiro y miró un momento hacia la ventana, como si estuviera meditando, para luego regresar su preciosa mirada en mí.

—Derramé jugo en la única computadora que funcionaba en la biblioteca —habló con un puchero.

Reí por su ternura. ¿Podía este chico ser aún más perfecto?

—En fin, un gusto conocerte Maki. Soy del segundo año en química, espero que nos llevemos bien —sonrió, extendiéndome su mano derecha.

—Soy del primer año en informática, estoy seguro de que nos llevaremos bien. Por favor, cuida de mí, Harua-kun —le di una sonrisa y tomé su mano, dándonos un apretón.

Su mano era súper suave y encajaba a la perfección con la mía. Nos soltamos y volvimos a sonreírnos. Mis mejillas se tiñeron nuevamente de rojo.

Vaya, esta sería una tarde muy larga. En este momento estaba seguro de tres cosas: una, estaba más que enamorado de Harua; dos, Harua es el ser más precioso del mundo; y tres, no me arrepiento de haberme quedado dormido en clase.

Fue la mejor tarde de mi vida.





























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𝑴𝒊𝒅𝒍𝒆 - harumakiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora