Perdón por todo, perdón por hacerte daño, perdón por lastimarte, perdon por no valorarte.
No puedo perdonarte, pero puedo disculparte
No soy yo la persona indicada para juzgarte como persona, pero soy lo suficientemente inteligente para disculparte por tus acciones hacia mí.
Perdonar es un acto que puedo hacer conmigo mismo, no puedo vivir encerrado en un mundo lleno de rencor hacia mí.
No vengas a pedir e perdón de rodillas, mejor pídeme disculpas con la mirada en la mía.
Toma mis manos y acaricialas con tus dedos.
Mírame a los ojos como si miraras mi alma, acaríciame como si fueras tú, porque para disculparte conmigo necesitas amarte.
Discúlpate sin sentirte culpable de tus acciones, toma la responsabilidad de lo que hiciste y dijiste.
Aunque ya hayas lanzado las palabras que alguna vez lastimaron, piensalas y recapacita.
Yo no soy una persona que pueda juzgar tus acciones, eso no me permite perdonarte.
Soy una persona que puede juzgarse a sí misma desde la visión del amor y siendo responsable de lo que alguna vez hice.
La culpa sólo te consume y la búsqueda del perdón te agota, así que discúlpate con las personas y hazte responsable de tí mismo.
Acepta los consejos y acepta la autocrítica.
Pero hasta que no entiendas lo anterior, vivirás consumido y agotado.
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Mente, Cuerpo Y Espíritu
SpiritualÉste es un libro con pequeños relatos, consejos y de más para que puedas sanar las heridas del pasado que rasgaron no solo tu cuerpo, sino tu alma y espíritu. Aprenderás a afrontar los problemas con paz, tranquilidad, armonía y calma en tu corazón. ...
