Desahogo.

Y inicia así.

¿No sienten que todo cambia? 
-Antes era una dulce niña, la cual solo le gustaba ir al colegio y divertirse, llegar a su habitación y sacar sus juguetes a la sala.

-Ahora miren, una asocial que prefiere estar en su habitación imaginando cosas que nunca van a pasar, repitiendo una y otra vez recuerdos que me atormentan, perdiendo el apetito, perdiendo las ganas de vivir... 

-A mi corta edad aprendí muchas cosas: que lo que empieza bien termina mal, que mi felicidad no depende de nadie, solo de mi. Que las personas en las cuales confié ciegamente y deje entrar a mi vida, salieron llevándose una parte de mi con ellas. 

Y así fue como decidí estar sola. 

-Llegan momentos inoportunos en los que pienso, pienso demasiado. Y eso es malo, bueno, al menos para mi lo es. Sin embargo, no dejo de hacerlo no puedo dejar de hacerlo, y menos cuando descubres tantas cosas cuando te pones a observar a la gente. 

-No, no piensen que espió a la gente solo me quedo y sentada y las miro preguntándome como maquinan sus cabezas, que piensan, que los alegra, que los aflige, que los decepciona, que los desmotiva. Porque no me cabe en la cabeza que la gente llegue a ser verdaderamente feliz, siempre hay un momento de tragedia y deben contárselos a alguien y ese alguien los divulga y ahí en ese preciso instante te das cuenta que no puedes confiar en nadie. 

Se preguntaran ¿como una persona se cierra?
Cuando lo privan de algo que ama, cuando se vuelve muy callado, cuando le mientes, cuando cambia su actitud hacia las personas significa que se esta alejando de todos para mejor. 

¿Por que? 
-Porque descubrió que su mente no juega con ella, no le miente, le es realista. Su fe desaparece porque ya tiene la capacidad de cuestionar lo que le daba miedo cuestionar, le repugna la gente que habla sin saber pero sobre todo...

-Le da asco saber que alguna vez perteneció a lo que hoy considera mierda.