Capítulo 1.

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El día estaba lluvioso, bebí el sorbo de café que aún tenía en la mano y dejé el libro sobre aquella pequeña mesa. Vaya catarsis en la que me había hundido casi de manera inconsciente.

Cerré las cortinas y salí de casa. Iba ser un día pesado. Por ello había decidido dormir un poco más de lo habitual y darme una ducha con agua muy helada. Le escribí un texto a Estefanía, mi mejor amiga y luego subí al auto.

Te veo por la noche – Montserrat.

Seguro, tengo cosas que contarte – Estefanía.

Conduje por toda la avenida principal, con la música tan fuerte que calaba todos mis sentidos. Finalmente llegué a la oficina. Tomé el ascensor y crucé el área administrativa hasta mi espacio.

— Buenos días Licenciada.

— Carlos ¿podrías traerme un café?

— Lo que necesite, le comento que ya está aquí la persona que estábamos esperando.

— Perfecto, dame diez minutos y hazla pasar.

Lo vi salir, acomodé un par de papeles e hice mi meditación diaria. Cerré los ojos y respiré. Últimamente creo que no somos conscientes de como respirar adecuadamente. Escuchó la puerta y solo pronunció "adelante", escucho la puerta abrirse y cuando abro los ojos, veo ante mí a una mujer hermosa. Tiene los labios perfectamente delineados, sí, fue lo primero que noté.

— Mucho gusto –me extendió la mano-, Jennifer Venegas –pronunció y me puse de pie para corresponder el saludo.

— Montserrat Alcalá.

— Que grata sorpresa.

— Me gustaría opinar lo mismo –sonreí-, pero supe las intenciones de su empresa y claro que me reservo algún comentario vago.

— Es solo una auditoria, si todo sale bien "Grupo CTP" seguirá sin tema alguno...

— No tengo duda de ello. Si gusta mi auxiliar el licenciado Carlos, la apoyará en todo lo que requiera.

— Claro que sí, sólo una consulta –dijo sonriente-. Una vez revisada la información, me gustaría volver a platicar con usted.

— Claro, estaré muy pendiente.

Me sonríe nuevamente y la veo marcharse. Vaya perfume más encantador el que trae consigo. Me fue imposible no observarle hasta que desapareció. Es una mujer bastante interesante he de admitir.

Vuelvo al computador y comienzo a checar algunos de mis pendientes. El celular no ha dejado de sonar y atiendo aprisa todo lo solicitado. Hasta que recibo un mensaje, que me hizo pausar todo un segundo.

Montse... necesitamos hablar, por favor – Luis.

Lo mío con Luis, sin duda había sido lo más estúpido del mundo. Uno de mis errores más grandes. Pero al parecer, él sí que se había enamorado de mí. No lo culpaba, cuando salimos era demasiado ingenua, en fin, qué más da.

Continué un escrito y luego salí de la oficina, para encontrarme con aquella mujer que estaba inclinada hacia el escritorio de Carlos, leyendo algo. Me acerqué a ella y juro que por un momento creí que mi presencia la había puesto nerviosa o algo parecido.

— ¿Y?

— Creo que tenía razón, hasta ahora no hay tema alguno.

— Que lastima entonces...

— ¿Y eso por qué? –preguntó un tanto curiosa.

— Porque significa que el grupo continuará...

"Aunque no sea contigo".Donde viven las historias. Descúbrelo ahora