El Regalo de Robin

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"Srita Robin" Sanji gimio al verse contra la pared de la habitación de una de sus damas.

Había tenido y seguía teniendo sexo con los alfas macho y no se ponía nerviso.

Pero con las damas era distinto. Su madre le enseño a respetarlas sin importar su segundo género. Alfas, betas u Omegas. A las damas se les respetaba. Se las adoraba.

Tenía cierto miedo, tocarlas, hacerles daño.

Había tenido sexo con la princesa Nami y le había gustado. Mucho.

Aunque aún tenía ese temor. Ahora la Srita Robin le había llevado a su habitación.

Donde le estaba desbistiendo lentamente. Y donde su habilidad le quitaba cada prenda lentamente. Mientras la Robin original le besaba y acariciaba la cintura.

"Diosa Robin yo.." fue interrumpido por ella mientras le guiaba hacia una bañera en su habitación.

Ella se metió primero dejando ver su gloriosa desnudez.

Le invitó a unirse y este no se hizo de rogar.

Se encontró tomando su miembro con facilidad dentro de la bañera. Sus gemidos eran callados por los propios labios de la Alfa.

Ella se lo hacia lentamente mientras le regalaba una pequeña sonrisa.

Disfruto verlo desesperarse hasta que le dio lo que quería. Le cogió a un ritmo constante. Fuertemente.

Luego le sacó de la tina donde lo acostó en la cama.

Ella se dedicó a besarlo y probar su piel. Tocar sus zonas erogenas y hacerlo disfrutar manualmente.

"Robin-chan" susurro tímidamente. "Te quiero aquí" le dijo señalando sus labios.

Ella comprendió y se posicionó encima de Sanji. Cerca de su rostro. Rosando su pene en la preciosa cara sonrojada del Omega.

Este abrió los labios dejando pasar al pene. Robin empezó a cogerse esa preciosa boca. Mientras que sus flores. Sus manos. Hacían lo propio de manualmente darle placer.

También le cogía con los dedos. El Omega se corrió en una de sus manos. Apretando su eje.

Robin también se corrió en la boca de Sanji y este se trago toda su simiente perdido en la bruja del placer.

Lo dejó descansar un rato y se acercó a el por detrás. Levanto una de sus piernas y lentamente se introdujo en el.

El lloriqeo del Omega era un dulce sonido para saber sus oídos y empezó a penetrarlo una y otra vez que se corrió abundantemente entre las paredes anales del Omega que lloriqueaba pidiendo más.

...

Se encontró satisfecha mientras le tomaba en cuatro en aquella cama.

Se corrió nuevamente dentro de él y se dejó vencer por el cansancio.

Aun no salía de el y al parecer al Omega no le incomodaba para nada.

Lo volteo en la cama y lo acomodó en una buena posición.

No estaba en un día fértil por lo que no le había anudado.

Quería preguntarle desde hace tiempo si habria estado tomando infusiones anticonceptivas o pastillas pero no había tenido la oportunidad.

Ahora estaba dentro de él y quería hacerlo.

"Sanji" le llamó ella.

Un gemido de cansancio fue la respuesta de él. "Estas tomando anticonceptivos?"

El le afirmo con la cabeza. "El Dr Chopper me da unas infusiones para envitar que quede preñado"

"Dice que soy muy fértil. Que con una sola vez que me cogan sin anticonceptivos me preñaria"

Por un lado le alivio que estuviera cuidandose pero por otro, su Alfa interno quería preñarlo.

Dar a saber que era suyo. Era cosas de alfas querer marcar, preñar, proveer a un Omega.

Ella tenía claro que este Omega en cuestión no era sólo de ella. Era de la manada. De todos ellos juntos.

Era frustrante pero así eran las cosas. Ya lo habían hablado.

Estaban sentados en la cama platicando, ella vistiéndose y el desnudo observandola.

Abrió su armario y sacó unas cosas. Se las tendió a Sanji y este confundido las tomó.

"Esta ropa la compre hace mucho, antes de unirme a la tripulación. A la manada. Es un regalo para tí."

"Pontelas"

Sanji se levantó y empezó a ponerse el pantalón. Y la fina camisa que no dejaba nada a la imaginación. Se sentía expuesto. Era tan transparente que se le veían los pezones y su vientre. Se sentía avergonzado.

Pero era un regalo de su Alfa y lo iba a usar las veces que pudiera.

Salió con ella de la habitación tomados de la mano. Y se sintió observado.

Más bien parecía que se lo querían comer con la mirada

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Más bien parecía que se lo querían comer con la mirada.

Y por ello se sintió deseado y avergonzado. Y le gustaba aquello.

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