𝘤𝘢𝘱𝘪𝘵𝘶𝘭𝘰 12★★★★

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Estaba nervioso demasiado. Y tener a Gonzalo riéndose no era de ayuda.

- ¡Ya! ¡Para!"  se quejó en el teléfono tirándose a la cama a su espalda.

- Pedí ayuda, no que te burles.

- Lo siento, es que es increíble que no sepas que hacer considerando que me contaste cuando viste porno por primera vez. Ya sabes cómo va eso chabón, no te hagas el tímido ahora" 

- Yo no quiero sólo follarmelo, Goncho yo quiero que sea especial. Es mi primera vez.

- Que vo seas rudo no lo hace menos especial, pibe estas con él después de todo. Y según sabemos, qué al pibe no le interesa mucho el sexo vainilla que digamos.

- Ésta bien, ser rudo lo tengo"

- ¿Dónde esta él ahora? Se supone que es de noche ya"

- Esta  en su habitación, me dijo que espere antes de ir"

- Ohh, buenísimo. Tengo que irme, recuerda: déjate llevar y no tengas miedo a intentar cosas nuevas"

- Bien, estaré abierto a todo"

-  Lo tenes que abrir a él, ¡adiós!"

- ¡Goncho!" pero estaba solo, él había cortado la llamada.


Hizo unas cuantas respiraciones mientras esperaba. Obviamente quería eso, él quería a Rodrigo en todos los sentidos. Su inexperiencia lo hacía ponerse más nervioso, más estaba seguro de que era todo mental y podía hacerlo bien si seguía sus instintos.

Rodrigo era un dios ante sus ojos. Uno muy lindo. Y estaba a unos cuantos pasos de distancia preparándose para él. Esto era una locura.

Espero tal vez cinco o diez minutos más, no lo contó en verdad, hasta que recibió un mensaje de texto de Rodrigo diciendo que estaba listo.

Había un problema, Iván no lo estaba. Se paró frente a la puerta y pensó si esto era buena idea, si estaba haciendo lo correcto. Rodrigo era su novio, su pareja, quien más lo apoyaba en sus decisiones y metas, por supuesto que confiaba en él. Confiaba plenamente. ¿Qué está pensando? Por supuesto que esto es lo que debería hacer.

Abrió la puerta poco a poco, encontrando que había un aroma dulce en el aire y las luces apagadas. Entro y observo la imagen.


Rodrigo estaba sentado al borde de la cama frente él, estaba usando lo que era una campera negra que era de él la cual le quedaba extremadamente grande llegando un poco arriba de sus rodillas estaba más que obvio que no llevaba nada de bajo de la campera que era lo único que cubría el cuerpo del chico, era tan adorable a  su vista.

- M-mierda" jadeo incapaz de decir mucho más.

Rodrigo sonrió y levantó su mano, uno de sus dedos llamo al pelinegro para que se acercar, sus uñas largas y bien cuidadas resaltaban en sus manos.

Iván trago de forma dura y después se acercó a Rodrigo, apoyando sus manos a los lados del colchón inclinándose un poco para quedar cerca del rostro del contrarío, era mucho más alto que el contrarío, pero eso le había gustado mucho.


- ¿Aún queres tocarme?" preguntó pasando sus manos por los hombros contrarios.- Dime, amor.

- Por supuesto, hoy y siempre" 

- Entonces hazlo"


Rápidamente sus labios encontraron su lugar pegados al otro. Y pronto las manos de Iván se unieron también, tocando la piel de Rodrigo pasándolas por debajo de la única prenda que cubría a su novio, su cintura, su cadera, bajando hasta sus muslos apretando poco a poco.

Poco a poco Rodrigo se tiro hacía atrás, llevándose consigo al pelinegro hasta estar sobre la cama y con él arriba suyo. Estaba encantado de que finalmente estuviera sucediendo aquello que soñó  solo muchas veces.

Rodrigo pasó las manos debajo de la remera tocando su espalda de forma tranquila y sintiendo debajo de sus manos aquella piel tan tibia. Los músculos de su chico se habían puesto duros ante sus frías manos, pero se recuperó.

Iván comenzó a seguir lo poco que conocía y bajó sus labios a su cuello. Lugar donde dejó besos mojados, donde mordió y lamió con seguridad de querer marcarlo. Rodrigo era suyo, era todo suyo y la gente tenía que saber eso.

Sonrió cuando escuchó eso un gemido, bajó a sus clavículas desnudas. A Rodrigo le encantaba. Estaba loco por esos toques inexpertos que lo hacían morirse.

- Me gusta tu cuerpo, pero me gustaría poder meter algo ahí abajo".- Me dejarías?"

Rodrigo abrió los ojos encontrando la mirada firme de su novio en sus muslos.

- Te lo he dicho, conmigo podes hacer lo que quieras.





𝘎𝘢𝘮𝘦𝘳 (𝙍𝙊𝘿𝙍𝙄𝙑𝘼𝙉)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora