0. Flowers

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La habitación está hecha un desastre, como si un huracán hubiese acabado con ella

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La habitación está hecha un desastre, como si un huracán hubiese acabado con ella. Dante, nuestro desastre natural, observa el desorden causado por su frustración. Se mira en el espejo, en sus ojos hay desprecio. Acaricia con sutileza el tatuaje que va desde su hombro hasta el cuello. Ríe amargamente de lo patético que se ve.

¿Sabías que uno de los significados de los claveles amarillos es desprecio?, puedo asegurarte que Dante se regalaría un ramo de ellos.

La alarma de su teléfono suena. La pantalla se ilumina con la palabra trabajo. Él sigue mirándose unos segundos más antes de reaccionar. Se apresura para terminar de vestirse antes de detener la alarma. Sale rápido de casa, como si de ello dependiera su vida. Quizás es así.

Después de un tiempo llega a su destino. Un establecimiento de comida rápida. El olor a comida frita provoca que se sienta asqueado. Su jefe lo ha visto llegar. Se acerca a nuestro chico, Dante percibe el enfado que se refleja en sus facciones. El hombre arruga la nariz justo antes de empezar a casi gritarle por llegar unos minutos tarde.

Dante solo lo observa. Necesita el dinero, prefiere mantener la boca cerrada. Siente odio mientras observa a su jefe, su mirada de burla y superioridad. Agacha la cabeza para no verle más y calmarse. Logra controlarse, hasta que escucha la palabra despedido. Levanta la cabeza para mirar al hombre.

― ¿Qué? ― Dante no esconde su confusión.

―Dije que estas despedido, ¡Fui estúpido al contratar a un delincuente, no valoras la oportunidad que te di al dejarte trabajar aquí!

― ¿Oportunidad? ― Suelta una carcajada. Ya está despedido, no tiene que soportar más ―Me diste el trabajo porqué nadie más lo quería. Soy el único idiota que acepto trabajar por más de ocho horas para recibir una paga de mierda. Tú no me diste una oportunidad, disfrutas de gritarme todos los jodidos días, pero es de esperarse, alguien con tu complejo de inferioridad. Solo eres un puto borracho que necesita sentirse especial. Seamos sincero, el dinero faltante de mi propina lo gastas en alcohol.

Dante termina de desahogarse, el alcohólico lo golpea. No hay reacción.

― ¿Por eso es que tu esposa te dejo? ― Le provoca burlándose de él. El hombre está a punto de volver a pegarle, pero un cliente llega y se detiene.

Lo que menos quiere este borracho es perder su única fuente de ingresos. Nuestro chico se marcha, no sin antes dirigirle una mirada de burla.

El ceibo es rebeldía, las rosas negras son odio. Aunque no quedan bien en un ramo, sus significados sin duda suelen ir de la mano.

Sale del local, la adrenalina corre por su sangre. Empieza a reírse solo, es consciente de las miradas ajenas, en estos momentos no le importan. Se siente pleno. Libre.

El momento se derrumba con una llamada. Su padre. A veces la felicidad es tan efímera. Dante va de regreso a casa, se siente frustrado… atrapado.

El cerato es una flor que puede significar inseguridad.

Él esta inseguro sobre el futuro, pero más aún sobre su presente. Siente que camina con los ojos vendados. Inferioridad, se siente un ser inferior a punto de ser atacado por un gigante.

Al llegar a casa nota que su padre no está solo. En el salón se encuentran otros dos hombres fumando. Dante que no son cigarros normales, aun así, acepta el que le brindan. Su figura paterna sonríe orgulloso.

Dejare que Dante sea quien cuente la situación.

Dejo salir el humo del cigarro, me deja mareado. Sé que estoy fumando hierva, no es difícil notarlo. Mi padre sigue hablando con sus amigos. Me siento ligero, menos tenso. Camino calmado hasta mi habitación. Un desastre total, aunque eso me describe perfectamente a mí. El caos que es mi vida, el caos que soy.

Para los que me conocen ―Aunque lo de conocerme queda en duda― solo soy un chico problemático. Sé que nadie ―incluida mi novia― ve más allá de eso, pero no importa, uno se acostumbra.

Termino de fumarme el porro y me acuesto. Mi mente divaga hasta que mi padre interrumpe en la habitación. Creo que ya sus amigos se fueron.

― ¿Dónde estabas cuando llegue a casa? ― Suena jodidamente molesto.

―Trabajando― No es del todo mentira, aunque me despidieron antes de trabajar hoy. Pequeños detalles.

― ¿Cuántas veces debo decirte que trabajes conmigo?, eres un bueno para nada, al menos has algo que puedas hacer. Deja de ser una jodida mierda mantenida ― No respondo, no soy capaz ― ¿Acaso quieres ser una puta como la zorra de tu madre?, ¿Quieres seguir los pasos de esa perra que nos abandonó?

―No…

Mi voz es apenas un susurro, siento un nudo en mi garganta. Al parecer mi respuesta fue suficiente, él se va dejándome en paz. Me siento al borde de la cama con mis pies en el suelo. Observo nuevamente mi habitación. Me cuesta un poco respirar, mis manos tiemblan. Miedo.

Una idea se retiene en mi cabeza. Clara, demasiado clara, acompañada de demasiadas dudas. Puede ser mi esperanza, o tal vez sea mi tumba. Divago buscando respuestas. El sol se ha ido, pero aun no las encuentro.

Mi padre vuelve a entrar al cuarto, apesta a alcohol y grita incoherencias mientras fuma. Me lanza algo, duele, pero yo solo lo observo. Grita alguna mierda más y se va azotando la puerta. Le escucho entrar a su habitación aun gritando, al poco tiempo el silencio parece irreal.

Prefiero cavar mi propia tumba, antes que seguir soportando esta mierda y que alguien más la cave por mí. Voy hacia su habitación para asegurarme de que este dormido y no muerto. Entro despacio y me aseguro de que tenga pulso, lamentablemente aún vive. Y dios, duerme tan tranquilo que siento envidia. Salgo cerrando la puerta.

Vuelvo a mi cuarto. Agarro el teléfono, inseguro de si debo o no hacerlo. La duda se disipa tan pronto llega. Marco el número de la policía y llamo. No tardan en contestar, ni yo en responder la pregunta.

Demoran unos largos minutos en llegar, minutos en los cuales me sentí inquieto. Cuando llegaron, yo fui quien abrió la puerta y los guio a la habitación, también advertí de los amigos de mi padre. Él está lo suficientemente ido para no entender que está pasando, la policía ni se molesta en leerle sus derechos.

―Debe acompañarnos a la comisaria― Me dice uno de los oficiales, le sigo sin despegar la mirada de mi padre.

Salimos de la casa. Hace frio, estoy asustado, temo haber cavado mi tumba en busca de esperanza.

Dante observa el cielo, baja la mirada y contempla las luces rojas y azules, ¿Le queda algo después de esto?

Las hortensias solían representar la soledad, ¿Qué significado tendrán para Dante?

SombraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora