Naruto - El Demonio Bermellón

4 - Sospecha

Naruto se despertó sobresaltado, pues acababa de salir de otra pesadilla. Desde aquel fatídico día de hacía un año, Naruto no había tenido una buena noche de descanso, ya que su subconsciente era invadido constantemente por varias pesadillas diferentes que iban desde Pain destruyendo la aldea, los aldeanos acosándole constantemente, hasta incluso Sasuke matándole en el último valle. Naruto se levantó de la cama para prepararse para ir a la escuela. Al salir por la puerta, miró lo único que aún conservaba de su aldea: sus bolsas ninja, en las que guardaba todas sus pertenencias (que no eran muchas, debido a los acontecimientos del pasado). En realidad ya no tenía necesidad de ella desde que hacía tiempo que no entrenaba y no podía entrenar porque le llamaría demasiado la atención y número 2 era que no encontraba ningún sitio donde entrenar. Naruto suspiró mientras salía por la puerta, dispuesto a acabar de una vez con esta jornada escolar.

Rias frunció el ceño ante el tablero de ajedrez con un poco de frustración. Se encontraba en la sala del consejo estudiantil jugando al ajedrez con su amiga de la infancia y rival, Sona Sitri. Sona la había llamado para comentarle una pequeña preocupación sobre el nuevo alumno de su escuela: Naruto Uzumaki

Naruto había pasado desapercibido cuando llegó a su escuela, Sona se había enterado de su existencia en el último minuto de su primer día, ya que ni siquiera se había presentado al examen de ingreso en el que acababa de ser aceptado, y el hecho de que hubiera pasado desapercibido para ambas era motivo de preocupación. Rias no sabía nada de un nuevo alumno hasta que se enteró por los cotilleos de que Kiba andaba con él estos días.

"Es un poco preocupante que haya aparecido de la nada", dijo Rias mientras movía su caballo a un lugar donde pudiera tomar la torre de Sona.

"No sólo eso, toda la información sobre su pasado es falsa, lo único real sobre él es su nombre", dijo Sona mientras se movía para coger una de las torres de Rias.

Las palabras de Sona llamaron su atención y miró a su rival, que había olvidado la partida de ajedrez. ¿Todo excepto su nombre es falso? ¿Y su fecha de nacimiento? preguntó Rias. Era un poco sorprendente oír que todo eso había pasado por delante de ella y de Sona sin ninguna sospecha.

"Por lo que sé, también podría ser falsa. Aunque su fecha de nacimiento podría ser cierta, también busqué en todos los hospitales de Japón los nombres Naruto o Uzumaki y ninguno de sus nombres aparecía en ninguna parte. Es como si hubiera aparecido de la nada". Dijo Sona con su seriedad habitual, si este nuevo estudiante era alguien peligroso entonces el caballero de Rias estaba en problemas.

Los ojos de Rias se entrecerraron y su expresión y tono adoptaron un tono serio. "En otras palabras, puede que tengamos una amenaza en nuestro territorio".

Sona asintió ante las palabras de su rival "Podría ser, pero por otra parte no percibo ningún poder sobrenatural procedente de él, así que podría tratarse de un humano extranjero, pero eso tampoco explica los documentos falsos"

"En cualquier caso avisaré a Yuuto y haré que Koneko lo vigile desde lejos para ver si puede captar algo". Dijo Rias. Aunque eso fue lo que dijo, tenía otro objetivo en mente.

Sona estudió la expresión de su amiga durante un par de segundos antes de llegar a una conclusión: "Conociéndote, tienes otro objetivo final en mente, ¿verdad, Rias?".

Ante esto, Rias se limitó a sonreír, a veces su amiga de la infancia la conocía demasiado bien.

Naruto estaba recostado en un árbol mientras observaba con amarga diversión cómo el trío de Pervertidos, tres de las personas más odiadas de la escuela, como no tardó en descubrir, eran perseguidos por los miembros del kendo y por esa chica rubia que siempre anda con ellos intentando jugar a la pacificadora.