Capítulo 18

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Unas horas más tarde, Byul seguía sin poder quitarse de la cabeza la sensación de estar dormida y haber tenido el sueño más maravilloso cuando entró en casa y arrojó las llaves sobre una mesita auxiliar; al menos, eso era lo que había pretendido.
Falló por unos centímetros y las llaves cayeron al suelo.

Seulgi levantó la vista de donde estaba cortando un aguacate.

—Justo a tiempo. Seohee y yo estamos haciendo sándwiches de queso a la plancha. ¿Quieres uno?

La comida era lo último en lo que pensaba Byul. Su estómago seguía demasiado agitado.

—Ninguno para mí, gracias. No tengo hambre.

—¿Comiste con Yong? —Preguntó Seulgi.

La sola mención del nombre de Yong hizo que el corazón de Byul latiera más rápido.
Agarró las llaves y trató de mantener la indiferencia.

—Sí, comimos helado.

Seohee abandonó el tomate que había estado cortando y se acercó a ella.

—¿Le preguntaste por el próximo fin de semana?

—¿El próximo fin de semana? —repitió Byul, sintiendo como si su cerebro funcionara a cámara lenta.

—Sí. Dijiste que le preguntarías si podía venir y enseñarme a hacer un diario.

—Oh maldi... mal día... —Byul se dio una palmada en el muslo—. Lo siento, Seohee. Se me había olvidado. El próximo fin de semana probablemente no sirva para eso de todos modos porque, um, puede que tengamos una cita.

Seulgi dejó caer el hueso que había quitado a otro aguacate.

—¡Espera! Quieres decir que Yong tiene una cita y tú también. ¿No es que tú y ella...?

Byul sabía que tenía la sonrisa más tonta en la cara mientras asentía.

—Vamos a tener una cita la una con la otra.

—¡Te-lo-dije! —Seulgi le apuntó con la punta del cuchillo y lo agitó con cada palabra—. Te dije que la forma en que te mira es —miró a Seohee—. No apta para compañía de menores.

—Por favor. —Seohee rodó los ojos hacia el techo—. No es que no lo viera. Me di cuenta.

¿En serio? Byul miró a uno y otro lado. ¿Por qué todo el mundo menos ella lo había visto venir, incluso su sobrina de once años?

Seohee corrió hacia las escaleras.

—Eh, ¿adónde vas? —llamó Seulgi—. ¡No has terminado de cortar los tomates!

—Tengo que llamar a Hana y decírselo. Dios mío, ¡se pondrá tan celosa de que Yong sea prácticamente mi nueva tía!

Byul se quedó boquiabierta. Para cuando cerró la boca, Seohee ya estaba en lo alto de la escalera.

—¡Wow! Vamos a salir, no a casarnos, Seohee.

Su sobrina no contestó. La puerta de la habitación de Seohee se cerró de golpe.

—Dios —murmuró Seulgi—. ¿Por qué los niños pierden la capacidad de cerrar puertas como una persona normal en cuanto cumplen diez años? —Dejó el cuchillo, se limpió las manos en un paño de cocina y abrazó a Byul—. Estoy muy orgullosa de ti.

Byul le devolvió el abrazo por un momento antes de retroceder.

—Um, gracias, pero ¿por qué estarías orgullosa de mí? ¿Por tener una cita con Yong?

—Por escucharme y preguntarle si alguna vez podría sentir lo mismo.

—Uh, no lo hice. —Byul se frotó el lóbulo de la oreja demasiado caliente—. Yong fue la que hizo eso, no yo.

Número Equivocado Mujer Correcta [MoonSun]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora