2017

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El año cuando mataron mis esperanzas por primera vez, no puedo decir que fue año tranquilo, no lo fue como ciudadana, como venezolana, fue el atropello mas cruel, mas catastrófico.

Un día amanecimos con la Esperanza de que el gobierno va a caer, las fuerzas armadas se revelaron para sacar del trono al Dictador. Un ciudadano Opositor iba hacer el cambio en el país junto con otro compañero, un preso político, algunos sabrán sus nombres, otros tendrás la incógnita de quiénes hablo. Leopoldo López era el preso político y el otro era Juan Guaido, gente que manejaba la oposición en ese momento para lograr el cambio en el país.

La idea más tonta que nos hicieron creer, donde llamaron a la calle para protestar pacíficamente y defender nuestros derechos, defender nuestra voz, defender el país de la ruina donde lo habían dejado, donde los estudiantes fueron el foco de lucha y donde más duele recordar sus muertes. Estudiantes que querían tener oportunidades de calidad, tener una carrera sin morir de hambre, ejercer su profesión sin sacrificar por lo que estudiaron tantos años, soñar tan alto para que muchos terminaran presos en las condiciones más despreciables posibles y tratarlos como criminales terroristas.

Cada estudiante detenido, cada estudiante secuestrado y cada estudiante que sacaron de su casa por anhelar un cambio en su vida, una mejor calidad médica y un mejor sueldo en donde lograr un hogar sin penurias. Esos estudiantes terminaron golpeados brutalmente, otros enfermaron por heridas infecciosas y otros por falta de alimentos que los llevó a morir, jamás lo escucharan en una noticia televisiva, periódicos o el internet buscando una información del acontecimiento. Padres y familiares desesperados buscando a sus hijos o simplemente reconociendo su cuerpo en una morgue como si fueran una basura.

Militares que alzaron su voz y los mataron por insubordinados, traición a la patria por no soportar más una dictadura que lo te hacía llevar era pagar con una bolsa de comida, un sueldo que no les alcanzaba para cubrir una cesta básica muriendo defendiendo un ideal heroico si me lo preguntan. Fueron y seguirán siendo héroes de la patria. Heroes sin capa, pero si con un escudo de hierro que los llevó a la gloria de muchos venezolanos y jóvenes que salimos a las calles a defender un país de la injusticia, atropellos con todos gremios laborales, esta dictadura solo acostumbro a muchos venezolanos a creer que con una bolsa de comida según el chavismo vives de manera cómoda y sin contratiempos cuán equivocados están cada uno.

Venezuela es país precioso si me lo preguntan, mi país tiene todo en uno y sobretodo con buenas acciones, ese que te da calorcito en el alma. Esas misma ilusiones que tenía cada persona que salió a la calle para ahogarse con gas lacrimógeno de cada funcionario que agredió por salir a las calle a expresar su descontento con lo que venían viviendo en cada parte del país, sin luz, sin agua, sin gasolina, sin transporte y donde muchos tenían que echar pata para llegar a sus trabajos para tener dinero para comprar un tercio de comida, y falto contar las colas de personas para comprar comida.

Jamás ha sido fácil esta situación del Socialismo que le quieren hacer creer al mundo exterior, la privación de decir lo que sucede porque terminas fichado para realizar cualquier trámite, quizás para algunos fue menos complicado, pero para mi fue una odisea lograr sacar pasaporte, sacar cedula, una partida de nacimiento, sacar dinero para poder trasladarte a trabajar porque hasta tu dinero te lo limitaba este malvado gobierno. Quejarte está prohibido, silenciarlo es más fácil que aceptar que lo hicieron mal y darle costumbre a lo que debemos a un venezolano para que diga que vive cuando solo Sobrevivimos.

Muchos les dirían en esa época Bienvenidos a los juegos del Hambre.


UN SENTIR NACIONALDonde viven las historias. Descúbrelo ahora